Mientras que en Río los atletas compiten exclusivamente por las medallas, hace ya dos días que se desarrolla un serio conflicto en la región Asia-Pacífico: China y Australia se enfrentan en Internet a propósito del dopaje.
El nadador australiano Mack Horton se llevó el pasado sábado en Río la medalla de oro en los 400 metros libres superando a su rival chino Sun Yang por 13 centésimas de segundo. Sin embargo, la atención del público chino no estaba fijada en el cronómetro sino en el comportamiento de Horton antes de la final, informa el portal Slon.
"Lo ignoré. No tengo tiempo ni respeto para los tramposos que se dopan", dijo el nadador australiano tras explicar por qué no respondió al saludo de Yang durante un entrenamiento. El nadador chino fue suspendido durante tres meses en el año 2014 tras dar positivo por una molécula destinada a prevenir las anginas de pecho.
"Empleé esas palabras porque dio positivo. Sencillamente tengo un problema con los atletas que han dado positivo y siguen compitiendo", afirmó Horton en una entrevista posterior.
Reacción china
"Creemos que sus palabras inapropiadas hirieron la relación entre los nadadores chinos y australianos", ha declarado el director del equipo de natación de China, Xu Qi, quien ha tildado las declaraciones del nadador australiano como "un ataque personal malicioso".
Asimismo, se ha producido una oleada de indignación en las redes sociales chinas, donde Sun es una estrella muy querida. Decenas de miles de personas han publicado comentarios en la plataforma Weibo (el Twitter chino), donde la etiqueta #NoLloresSunYang! se convirtió en 'trending topic'.
"Horton es un perdedor debido a su mal comportamiento. Ganó el oro en un juego, pero nunca ganará en la vida", escribió un internauta en la red social. "¡Eres muy irrespetuoso y racista con tu competidor! ¡Ni siquiera sabes la verdad! Sun tiene problemas cardíacos", aseveró otro internauta.
El diario gubernamental chino en inglés 'Global Times' ha publicado dos editoriales en los que critica la "arrogancia cínica" de Mack Horton y considera que Australia debería sentirse "avergonzada". "En numerosas publicaciones escritas en Occidente, Australia aparece mencionado como un país en los márgenes de la civilización. Además, le recuerdan a menudo su estatus de prisión británica", añade.
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