Alwaght- El golpe de Estado contra un gobierno electo en las urnas abarca una amplia gama de análisis sobre el futuro del país que ha experimentado el levantamiento. Ocurre lo mismo si los golpes son fallidos. El fracasado intento golpista contra el presidente Recep Tayyip Erdogan ha influido en las relaciones de Turquía con otros países.
El golpe en Turquía ha abierto una nueva tensión en los lazos ya dañados de Ankara y Washington debido a que Turquía acusa a Fetulá Gulen de estar detrás del golpe. Anteriormente, este clérigo turco había sido acusado de crear un Estado paralelo dentro del poder judicial, la policía y el Ejército. Ahora hay evidencias sobre la involucración de Gulen y sus seguidores en este golpe y Ankara cree que EEUU se abstiene de limitar las actividades de la amplia red dirigida por Gulen que incluye escuelas y diferentes organizaciones. Además, la presencia de Gulen en Pensilvania no solo ha tensado los nexos Ankara-Washington sino también ha aumentado los sentimientos antiestadounidenses en Turquía.
Tras el golpe de Estado, EEUU está bajo crecientes presiones para que deje de lado su inacción ante las actividades de Gulen, de tal modo que esos dos aliados de la OTAN han priorizado la solución de esta diferencia. La falta de una salida a este problema debilitará las cooperaciones entre los dos países en varias áreas. No hay duda que las tensiones pondrán en peligro la guerra común de Ankara y Washington contra Daesh que depende de la base aérea de Incirlik, en el sur de Turquía.
Asimismo, cualquier tensión en las relaciones claves entre las dos partes debilitará las políticas de la OTAN en contra de Rusia e incitará a Turquía a abandonar la postura de hacer frente a Rusia, adoptada en la reciente cumbre de la OTAN en Varsovia.
Las consecuencias del abortado golpe de Estado también pueden afectar los nexos entre Turquía y la Unión Europea. En marzo, las partes llegaron a un acuerdo ambicioso para frenar el flujo de refugiados al continente verde. A pesar de que ese acuerdo podría terminar en el éxito, políticamente es frágil. Lo que más ha logrado Turquía con este acuerdo ha sido la cancelación de las restricciones de visado por los países del bloque europeo para los ciudadanos turcos que viajan a la zona de Schengen. Esta medida se definió en junio, pero fue pospuesta hasta octubre debido a la oposición de Ankara a aceptar algunas de las disposiciones restantes.
La razón más relevante en el estancamiento político entre los europeos y turcos es la solicitud de la Unión Europea (UE), según la cual exige a Turquía enmendar las leyes antiterroristas de Turquía de modo que estén más cerca de las normas establecidas por el Tribunal de Derechos Humanos de Europa. El objetivo de la UE ha sido limitar las intervenciones legales en los casos del terrorismo y prevenir el uso de dichos leyes para reprimir la libertad de expresión. El problema es que, en la era post golpe, se reducirá el deseo del Gobierno turco para reformar sus marcos antiterroristas.
De acuerdo con los resultados parece probable que estalle una crisis diplomática en octubre, ya que Turquía podría reclamar que la UE no ha cumplido con sus cometidos. De esta manera, estará bajo amenaza todo el paquete de medidas sobre los inmigrantes, según el cual, Turquía debe aceptar 2,8 millones de refugiados sirios en su país. A modo de colofón se puede decir que los golpes de Estado fallidos, al igual que los exitosos, son capaces de ejercer seria influencia sobre la política exterior y de seguridad de un país del mismo modo que el golpe fracasado de Turquía ha aumentado la tensión en las relaciones entre Ankara y Estados Unidos así como la UE.