Alwaght- El mensaje del general iraní Qasem Soleimani a la cúpula del régimen de Bahréin que es el componente más pequeño del país ha sido de total contudencia y se ha convertido en un asunto de atención global. Algunos medios internacionales consideran este mensaje como la salida de Irán de la posición defensiva frente a una sedición regional, que se ha intensificado tras la llegada al poder de los nuevos dirigentes de Arabia Saudí.
¿Qué fue lo que dijo el general Soleimani?
En su breve comunicado, el comandante de la Fuerza Al Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), habló del posible cambio del proceso de la lucha del pueblo bahreiní. Esto, mientras que el régimen de Al Jalifa cree que el pueblo no tiene otra opción, excepto, aceptar lo que dictan las autoridades por carecer de contacto terrestre con Irán y otras partes del mundo. En los últimos meses, este régimen ha ampliado las presiones contra los bahreiníes, sin enfrentar ningún obstáculo porque sus medidas están apoyadas plenamente por Estados Unidos y Arabia Saudí. El mensaje del general Soleimani ha hecho quebrantar dos suposiciones falsas y ha probado:
Primero: El pueblo bahreiní puede convertir la protesta pacífica en una lucha revolucionaria y comenzar una lucha armada contra el régimen.
Segundo: El pueblo bahreiní no se quedará aislado, sin refugio y sin ayuda extranjera eficiente para siempre.
Lo expresado en el comunicado el general Soleimani, que luego fue reiterado con otra terminología en el comunicado de la Cancillería de Irán, deja claro que la postura general de Irán en cuanto a Bahréin –una exprovincia iraní- ha cambiado. En la nueva condición, ya no existirán observaciones políticas y la misión será el derrocamiento del régimen bahreiní. Esta estrategia se efectuará si el régimen bahreiní continúa la guerra contra su propio pueblo y, en vez de usar los sables saudíes, respete los derechos y libertades de sus ciudadanos; la opción es muy improbable.
Teniendo en cuenta lo dicho, habrá un cambio en el escenario de la revolución en Bahréin. Ya se sabe cuál es el resultado de una batalla entre un gobierno títere y un pueblo que busca romper el yugo de Estados Unidos y Al Saud. Si solo el 10 % de quienes se manifiestan contra el régimen y la intervención saudí en Bahréin se movilizaran en una batalla armada, el régimen de Al Jalifa caería de inmediato. “El 10 por ciento” significa 60.000 combatientes apoyados por 600.000 simpatizantes. Mientras tanto, el número del personal militar y administrativo del régimen bahreiní apenas llega a 10.000.
Al Jalifa debería tomar en cuenta que las movilizaciones entre 1979 y 2011 de la Intifada Árabe, en las que se daban gritos de “Muerte a EEUU” y, porteriormente, “Muerte a Al Jalifa” eran suficientes para derrocarlo. En 2011, si no fuera por recomendaciones de Irán de abstenerse de una lucha revolucionaria armada, el pueblo bahreiní habría derrocado al régimen gobernante. Irán trató de proteger la vida de los musulmanes mediante la prevención de un conflicto con el régimen bahreiní. Sin embargo, el régimen de Al Jalifa pensó que las protestas pacíficas era la única solución de los chiíes en Bahréin y por esto se atrevió a revocar la ciudadanía del ayatolá sheij Isa Qasem. Aquí existe el riesgo de que el escenario de la ejecución del ayatolá Nimr Al-Nimr en Arabia Suadí se repita en Bahréin.
De hecho, el comunicado del general Soleimani ha demostrado que Irán aunque no interviene en la Intifada (levantamiento) del pueblo bahreiní, no es indiferente ante lo que sucede en el pequeño país monárquico. En contra de lo que pretenden decir algunos "pseudoprofesores”, el mensaje del general Soleimani no es un punto de partida hacia una guerra persa-árabe, sino es la base del comportamiento revolucionario de Irán en la región.
De hecho, la Cancillería iraní, en su comunicado, ha secundado a su manera el mensaje del general Soleimani. Esta nota también refleja un conflicto serio entre Irán y EEUU y sus aliados.
El comunicado del general Soleimani no es un artículo político redactado por un periodista marcado por teorías, sino es el inicio de un movimiento serio para la “defensa efectiva” de los derechos del pueblo bahreiní. Por esta razón, Al Jalifa debe saber bien que, a partir de ahora, se enfrenta con una nueva situación. Al contrario de la época de protestas pacíficas, ahora el pueblo tiene más ventajas mientras el régimen está perdiendo intereses.
La acción “estúpida” del régimen bahreiní de revocar la ciudadanía del ayatolá Isa Qasem, hizo que la opinión pública del mundo árabe se ponga a favor del pueblo bahreiní. No se puede acusar al pueblo bahreiní de extremismo, ya que hasta ahora no ha recurrido a la lucha armada.
Desde otro punto de vista, la revocación de la ciudanía de una figura espiritual como el ayatolá Isa Qasem se considera más un hecho simbólico con dos mensajes importantes, a nivel nacional e internacional. El mensaje nacional asevera que el pueblo bahreiní debe pensar en rendirse o abandonar el país. El mensaje internacional indica que los pueblos independientes de las políticas de Estados Unidos deben saber que el eje occidental-árabe tiene un poder tan enorme que puede hasta expulsar a un líder tan magno de su país. Pues, como este frente podría privar a una nación de sus derechos más fundamentales, eran necesarias reacciones fuertes. Si no se reacciona contundentemente, el régimen bahreiní ejecutará dentro de unos días al sheij Isa Qasem. De hecho, este era el mensaje claro del general Soleimani al régimen criminal de Bahréin: “Lo que tú lo consideras como el punto final, es de hecho el punto de inicio de algo que terminará en la eliminación absoluta del régimen bahreiní”.
El gobierno y pueblo de Irán no han comenzado una guerra ni la comenzarán, pero conocen bien como gestionar una guerra impuesta y eliminar al agresor. Irán y especialmente el general Soleimani han probado bien que cuando entran en un caso, no lo abandonan a mitad del camino. El pueblo de Bahréin y ningún otro pueblo oprimido en otras partes del mundo están separados de Irán.