Alwaght- Durante los últimos días, los medios de comunicación y los analistas políticos han planteado varias opciones para el futuro de los acontecimientos políticos y de seguridad en Siria. La mayoría de estas conjeturas se han centrado en un posible acuerdo entre Rusia y Estados Unidos sobre el futuro del presidente sirio, Bashar al-Asad, sobre todo, considerando el anuncio de la retirada de una gran parte de las fuerzas rusas desplegadas en Siria. Sin embargo existe una gran diferencia entre estos análisis y especulaciones y lo que está pasando en realidad. En este artículo, primero planteamos algunas preguntas sobre la actitud rusa hacia el caso sirio y luego analizamos las posibilidades presentadas en cada una de las respuestas.
¿Qué importancia tiene Siria en la política exterior de Rusia? ¿Qué prioridad otorga Rusia a la coordinación con el Occidente en sus políticas hacia Siria? ¿Rusia está obligada a aceptar concesiones en el caso sirio a cambio de recibir ventajas del Occidente en caso de Ucrania? ¿Qué peso tiene Rusia en Siria? ¿Cómo han sido las relaciones históricas de Siria con Rusia durante los últimos 50 años? ¿Cuáles eran los objetivos de Rusia en su intervención militar en el territorio sirio y su posterior retirada de fuerzas? ¿Cuál es el papel de Rusia en las negociaciones intersirias? ¿Qué acuerdo fue alcanzado entre Estados Unidos y Rusia en los diálogos de Ginebra? ¿Las negociaciones secretas de Rusia y EEUU en el caso sirio debilitará el papel de Irán en Siria? ¿Irán puede confiar en Rusia, teniendo en cuenta la historia de la política exterior de Moscú?
1. Una gran parte de estas preguntas se plantean a través de la máquina propagandística de Occidente para debilitar al Gobierno de Al-Asad, una estrategia que no es una novedad durante los últimos cinco años.
2. Rusia concede una gran importancia a Siria en su política exterior. Siria es el único país aliado de Rusia en el Oriente Medio y el norte de África que comparte fronteras con las regiones bajo el dominio de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Por otra parte, Rusia no puede aceptar un acuerdo con Occidente sobre salida de Al-Asad del poder, que no garantice la continuación de la influencia de Moscú en Siria. Por lo tanto, desde el punto de vista estratégico, no podemos imaginar tal acuerdo entre Kremlin y la Casa Blanca.
3. Debido a la gran influencia de Rusia en el este de Ucrania y el domino del Ejército ruso en la península de Crimea y el mar Negro, Moscú no se ve obligado a hacer concesiones en el caso de Siria a cambio de recibir ventajas en Ucrania.
4. Sin duda alguna, la presencia militar de Rusia en las costas de Siria, sobre todo en Latakia y Tartus, así como los acuerdos militares de Moscú y Damasco, le han brindado a Moscú una gran posición en el territorio sirio. Sin embargo, la influencia rusa en Siria es mucho menos que la de Irán y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), ya que Rusia y Siria, a pesar de compartir muchas ideas políticas, tienen un gran número de discrepancias estratégicas. El poder de Rusia en Siria depende en una gran medida del apoyo de Irán y Hezbolá. Sin este respaldo, Rusia no fuera más que otras potencias internacionales como Francia y el Reino Unido.
5. A pesar de contar con buenas relaciones durante la antigua Unión Soviética y después con la instalación de Rusia, Siria nunca ha sido considerada como parte o aliada del bloque oriental, posiblemente debido a la alianza y las activas relaciones entre los rusos y el régimen de Israel. Por otra parte, desde la victoria de la Revolución Islámica en Irán (1979), Siria siempre ha sido parte del eje de Resistencia en la región al lado de Irán y Hezbolá. Al contrario de Rusia, que no tiene nada propio en el territorio sirio, actualmente Irán y Hezbolá controlan varias líneas de defensa y operativa en el centro, norte y sur de Siria, por lo que cualquier acuerdo de Moscú y una tercera parte que no sea aceptable por Irán está condenado al fracaso.
6. Siria no depende de las armas rusas, ya que desde hace mucho tiempo Irán suministra armamentos estratégicos del Ejército del país árabe. Por lo tanto, durante la Guerra de los 33 Días entre Hezbolá e Israel, el Gobierno de Al-Asad dio sus armas rusas a las fuerzas de Hezbolá y Moscú no pudo impedir la realización de este asunto. Si Siria fue dependiente solamente de las armas rusas, no pudiera anular unilateralmente sus acuerdos con Rusia.
7. El 1 del pasado octubre, Irán pidió oficialmente a Rusia que interviniera en el asunto sirio. Dos días después del viaje de una delegación de alto nivel iraní a Rusia, Moscú envió sus fuerzas aéreas a Siria para luchar contra los terroristas y después de 5 meses retiró una parte de sus uniformados de Siria. Según el acuerdo entre Irán y Rusia, todas las fuerzas rusas debieran salir de Siria después de 5 meses, pero solamente una parte de estas fuerzas abandonaron el país árabe. Considerando el acuerdo entre Irán y Rusia, era mejor que todas las fuerzas rusas salieran de Siria después del plazo acordado.
De hecho, antes del pasado octubre, los avances de los terroristas en algunas ciudades sirias, como Idlib, Sheij Meskin, al-Sukhna y Palmira (Tadmur), causaron que la situación de Siria fuera sensible y tensa. Por supuesto, se debe decir que antes de la entrada de Rusia en este país, Hezbolá pudo tomar el control de la ciudad de Al-Zabadani en Siria.
A mediados del pasado octubre, el ejército sirio realizó la operación Nasr 2 en el oeste de la ciudad de Idlib y logró muchos avances. Entonces, ya no era necesario que las fuerzas rusas se quedaran en Siria.
8. Las negociaciones políticas son muy importantes para los sirios. Irán también siempre ha hecho hincapié en la importancia de estas negociaciones y participó en la mayoría de las mismas especialmente en las últimas dos rondas de diálogos sobre Siria. Entretanto, Rusia adopta una postura de doble rasero en Siria: por un lado, es aliado de Irán y, por el otro, prioriza su poder e intereses. En la actualidad, Irán no confirma ni rechaza las políticas de Rusia sobre Siria y solo cree que ahora no es el tiempo adecuado para hablar sobre este asunto.