Alwaght- El 26 de marzo de 2015 Arabia Saudí dio inicio a su ofensiva en Yemen, bajo el pretexto de reinstaurar la legitimidad política en el país árabe. En este sentido, el régimen de Al Saud no ha escatimado esfuerzo y ha usado bombas de racimo y misiles sofisticados contra la nación yemení.
No obstante, los príncipes saudíes con el paso del tiempo se ven obligados a aceptar la realidad, que no son capaces de arrodillar a Ansarolá, de ahí que hayan mostrado en diversas oportunidades su disponibilidad para poner fin a la invasión.
En este sentido, la ocasión más reciente se dio cuando Mohamad Bin Salman, príncipe heredero adjunto saudí y ministro de Defensa, en una entrevista concedida a Bloomberg News, afirmó: "la guerra en Yemen se acerca a su fin y Arabia Saudí está buscando una oportunidad para establecer la paz, pero todavía Riad no está lista para explorar todas las posibilidades".
De hecho, esta no es la única señal, ya que altos cargos de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos se enfrentan por el tema de Yemen. Además, el expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi ha destituido a su primer ministro y vicepresidente Jaled Bahah, designando como su nuevo premier al político Ahmad Abid bin Dagher y al general fugitivo del Ejército Ali Mohsen al-Ahmar, como vicepresidente del país.
El nombramiento de Ali Mohsen al-Ahmar evidencia la tendencia de Arabia Saudí a poner en puestos estratégicos a sus mercenarios, en contra de los intereses de los Emiratos Árabes Unidos. Al-Ahmar, designado con fecha anterior como vicecomandante de las fuerzas armadas leales a Mansur Hadi, tenía la misión de captar el apoyo de las tribus residentes en las zonas adyacentes a Saná, controladas por Ansarolá.
A este respecto, el canal Al-Jazeera anunció que estos cambios posiblemente fueron hechos con el fin de allanar el terreno para celebrar la nueva ronda de conversaciones de paz en Kuwait. Mansur Hadi había criticado a Bahah por su incapacidad en conseguir el apoyo necesario de parte de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí, para restaurar la seguridad en Yemen. ,
La decisión del fugitivo presidente se produce una semana antes de la entrada en vigor de un alto el fuego acordado por todas las partes yemeníes, el día 10 de abril, para facilitar la reanudación de las negociaciones de paz, a celebrarse el 18 del mes en curso en Kuwait. Las recientes medidas tomadas por Mansur Hadi, entre ellas, la destitución de Jaled Bahah, han revelado la brecha generada entre los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí en Yemen, además de generar diversas reacciones.
Un responsable de alto rango en Ansarolá, Abd al-Rahman al-Ahnumi, ha informado a Al-Mayadeen que, por un lado, Mansur Hadi quiere demostrar su capacidad para controlar y mantener su gobierno y, por otro, "Arabia Saudí con la ayuda de Ali Mohsen al-Ahmar tiene la intención de reunir diferentes movimientos, así como el partido Al-Islah, ya que el general está asociado a Al-Islah y Al-Qaeda en Yemen".
"Las decisiones de Mansur Hadi son ilegítimas e ilegales", dijo Ahmed al-Habishi, jefe del Centro de Información del Partido del Congreso Popular, insistiendo en que lo admitido por Mohamed Bin Salman sobre el fin de la guerra es resultado de su fracaso en Yemen. Arabia Saudi puede utilizar las conversaciones de paz como última solución para escapar del pantano de Yemen. Riad sabe bien que no puede seguir matando a civiles con bombardeos aéreos; una matanza que ha generado la crítica incluso de sus aliados occidentales. El régimen de Al Saud tampoco es capaz de continuar la guerra a través de operaciones terrestres, ya que no tiene ninguna oportunidad de éxito debido a las montañas ubicadas en el norte de Yemen y la experiencia de soldados yemeníes en el combate sobre el terreno.
Durante el último año, los militantes leales a Mansur Hadi no han logrado mucho progreso en Yemen, así que la mejor opción para Arabia Saudí es poner fin a la guerra pero la verdad es que Riad prefiere no terminar el conflicto armado si, en la opinión pública, eso significa parecer la parte perdedora. Para evitar lo mencionado, el país árabe trata de permanecer en el centro de atenciones y por eso lidera las conversaciones de paz para que los medios de comunicación lo consideren como una parte de solución de la crisis de Yemen.
Es obvio que ninguna medida puede ocultar el enorme fracaso de Arabia Saudí en la guerra de Yemen. La brecha entre los EAU y Arabia Saudí es la más importante señal de dicha derrota.