Alwaght- La Liga Árabe (LA) está en camino de la decadencia. Este bloque árabe que en un principio fue creado para apoyar al pueblo palestino, ahora se ha enrumbado hacia el lado israelí y en contra de sus principios elementales.
Ahora la LA se parece más a un cadáver en espera de entierro. Sin embargo, parece que los países árabes ahora necesitan más que nunca esta alianza para mantener reuniones y tramar nuevas conspiraciones. En realidad ya no queda ningún país árabe, en todos los sentidos de la palabra, en este grupo para que tenga significado la denominación “liga árabe”, ya que todos los países árabes ya están en llamas por los conflictos armados o se han convertido en estrecho aliado de Israel.
La Liga Árabe, que un día se consideraba un símbolo de la lucha contra la ocupación israelí y apoyaba al pueblo palestino, está perdiendo su sentido hasta el punto que podría a llegar a llamarse en un futuro próximo como la ‘Liga árabe-israelí’. De hecho, ya se ha dado el primer paso con la elección del nuevo secretario general del bloque, quien es muy conocido por sus estrechas relaciones con el régimen israelí. En su reunión del pasado jueves a nivel de ministros de Exteriores, los países miembros de esta entidad abordaron el tema de la elección del sucesor de Nabil al-Arabi y, finalmente, apoyaron el nombramiento de Ahmed Abul Gheit como el nuevo secretario general de la alianza. El mandato de Al-Arabia terminará el próximo mes de junio y le sucederá Abul Gheit, canciller del exdictador egipcio Hosni Mubarak, con 74 años de edad.
A excepción del tunecino Chedli Klibi, quien dirigió la LA entre los años de 1979 y 1990, el secretario general de esta entidad se elige tradicionalmente entre los veteranos políticos de Egipto. Este bloque árabe, fundado en 1945 por seis países, ahora cuenta con 22 miembros principales y 4 observadores. Además, la membresía de Siria fue suspendida tras los conflictos surgidos en este país desde el año 2011.
Arabia Saudí, Emirato Árabes Unidos (EAU), Baréin y Omán defendieron la candidatura de Abul Gheit, pero Catar se negó a apoyarlo por algunas diferencias de postura. Abul Gheit, quien desempeñó cargos como embajador de Egipto ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se convirtió en el jefe de la Diplomacia egipcia en 2004 tras la llegada al poder de Ahmed Nazif como el primer ministro de país norafricano.
El nuevo secretario general de la Liga Árabe se considera un amigo del régimen de Israel y lo ha demostrado en algunas de sus actitudes como pedir el cierre del paso fronterizo de Rafah a los palestinos, en momentos en que el régimen de Israel bombardeaba la Franja de Gaza. En ese entonces, Abul Gheit responsabilizó al Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) por los crímenes israelíes en Gaza.
En este contexto, el caricaturista brasileño Carlos Lanov mostró en su nueva obra la elección de Abul Gheit como el ingreso de Israel en la Liga Árabe.
El caricaturista considera que, según la constitución de la LA, solo los países árabes pueden adherirse al bloque, el ingreso de Israel al ente sería una traición de las autoridades de los países árabes a los ideales de Palestina. La elección de Abul Gheit se produce también en un momento en que el mundo árabe se está acercando más que nunca al régimen de Tel Aviv. Recientemente, el rey de Baréin se reunió con un rabino sionista en su país, donde abogó por tomar todas las medidas necesarias para hacer frente al Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) y aseguró que Israel podrá defender a los regímenes árabes de la región. Por otra parte, el diario palestino Rai al-Youm criticó fuertemente la reciente decisión de la LA de declarar “terrorista” a Hezbolá, insistió en un tono irónico en que ya no es nada sorprendente la adhesión de Israel al bloque e incluso la elección de Benyamin Netanyahu como el próximo secretario general de esta alianza. Ahora todos los indicios muestran que este bloque árabe podría convertirse en un futuro próximo en la Liga Árabe-Israelí.