Alwaght- Aunque las recientes medidas de los países árabes y el régimen israelí contra Hezbolá aumentarán las presiones sobre este movimiento, no podrán afectar el campo de batalla en Siria, pese a que todas esas medidas fueron adoptadas para salvar a los terroristas cuya existencia corre peligro tras los últimos avances de las fuerzas de resistencia en Siria.
Desde el inicio de este año, es decir hace dos meses, las fuerzas de resistencia han logrado victorias en regiones clave en Siria. El Ejército sirio, los combatientes de Hezbolá y los comandantes iraníes, apoyados por los cazas rusos, pudieron tomar el control de la ciudad de Salma, el 12 de enero. Esta ciudad era el último bastión en la provincia de Latakia cuyo control quedaban en manos de los terroristas. Luego, las fuerzas gubernamentales, Hezbolá y las fuerzas especiales de Rusia recuperaron el 26 de enero la ciudad de Sheij Maskin, en la provincia de Deraa. Así pudieron cortar el contacto entre los rebeldes en dos regiones orientales y occidentales en Deraa, así como el contacto entre esos rebeldes y los que controlan las zonas cercanas a la capital, Damasco.
Sin embargo, los más importantes avances de las fuerzas de resistencia se registraron en la provincia noroccidental de Alepo. Recientemente, esas fuerzas llegaron a las localidades de Nubel y Zahra y no solo rompieron el cerco impuesto desde hace más de tres años contra esas zonas, sino también asediaron a los grupos terroristas en dentro y fuera de Alepo. Las localidades de Nubel y Zahra son muy estratégicas porque pueden facilitar el acceso a las líneas de suministro de los terroristas.
Esos acontecimientos casi permitieron la recuperación de las regiones bajo el control de los grupos armados en la ciudad de Alepo y la región de Azaz. Arabia Saudí está saboreando la amargura del fracaso de todos sus planes en Siria y por eso está tratando de impedir que los grupos armados en el norte de Siria corran su misma surte.
Solo un día tras la liberación de Nubel y Zahra, los saudíes anunciaron su decisión de enviar fuerzas terrestres a Siria. Alegaban que quieren combatir a Daesh, pero estaba claro para todos que se trataba de una reacción inútil ante las victorias de la Resistencia. Los expertos aseguran que los acontecimientos sobre el terreno y la situación política hacen imposible que Riad intervenga militarmente en Siria. Parece que una de las nuevas opciones de la monarquía saudí y Turquía es activar un frente en la parte nororiental de El Líbano para cambiar el equilibrio del poder en el campo de batalla en Siria.
El Instituto de Washington, que tiene relaciones estrechas con el lobby sionista en EEUU, analizó la liberación de Noel y Zahra y señaló que una de las pocas opciones de los patrocinadores de los grupos armados para enfrentar al Ejército sirio es crear un nuevo frente en El Líbano. En su opinión, probablemente, Turquía y Arabia Saudí no quedarán con manos cruzados ante los avances de Rusia e Irán. Ellos podrían fundar un nuevo grupo rebelde como Yeish al-Fath o entregar misiles antiaéreos a los grupos armados confiables. Otra opción es crear un nuevo frente en el norte de El Líbano, donde los grupos salafíes y miles de refugiados sirios pueden participar en el conflicto. Esta medida podría amenazar directamente a los alauíes en Tartus y Homs, así como la principal ruta hacia Damasco. De esta forma, las fuerzas del régimen serán atacadas y sus líneas de suministro desde El Líbano serán cortadas. La cuestión es si Riad y Ankara tienen la voluntad y los medios necesarios para llevar a cabo esta medida.
Los acontecimientos en las últimas dos semanas indican que Arabia Saudí ha tomado en serio la aplicación de esta medida. Después de que Riad anunció la suspensión de ayuda de 3 mil millones de dólares al Ejército libanés, los medios y los personajes políticos libraron una guerra mediática contra Hezbolá. En paralelo, Baréin, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí pidieron a sus ciudadanos en El Líbano que abandonen este país. Por último, los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo incluyeron a Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas.
Por otro lado, hay informes que indican que Riad busca armar a algunos grupos salafíes en El Líbano en paralelo con las medidas políticas que adopta contra Beirut. La semana pasada, Beirut informó haber detenido un barco cargado con armas procedente de Turquía que tenía como destino El Líbano. Las especulaciones de los medios libaneses señalaban que las armas estaban destinadas a los grupos salafíes en la ciudad de Trípoli. Al respecto, un funcionario emiratí dijo: “No considero imposible que Riad arme a los paramilitares en El Líbano para hacer frente al grupo apoyado por Irán (Hezbolá), que está aplicando los planes desestabilizadores de Irán en la región”.
De igual modo, el Instituto Stratfor informó, citando a un político libanés, que Riad busca crear un grupo de paramilitares cuyos miembros sean los refugiados sirios en El Líbano.
Los medios libaneses estiman que estas medidas de Riad, especialmente incluir a Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas, podrían tener consecuencias, pero no podrían cambiar el equilibrio del poder en el campo de batalla en Siria. Según el diario Al-Diyar: Aquellos que siguen de cerca los actuales acontecimientos coinciden en que Hezbolá seguirá su resistencia y las acusaciones en su contra, incluso el hecho de que lo hayan calificado de terrorista, no podrían cambiar sus decisiones y sus políticas ni por un momento”.