Alwaght- El viernes, una noticia estremeció al pueblo brasileño. La Policía Federal allanó la casa del ícono de la izquierda latinoamericana, Luis Inacio Lula da Silva, y lo llevó a la sede de la policía en Sao Paolo en el marco de la investigación de una red de corrupción en la estatal petrolera Petrobras.
Aquí en este breve artículo buscamos responder a las preguntas principales ignoradas por los medios de comunicación sobre el guion planeado por la oposición para difamar al exmandatario brasileño a fin de llegar a un objetivo concreto: dar un ímpetu para el impeachment contra la presidenta Dilma Rousseff.
Hemos leído mucho de cómo de la detención de Lula y su llevada a la policíaو pero hemos escuchado muy poco de la razón de la actitud coercitiva de la policía que ha sido criticada severamente por los magistrados y juristas de la Corte Suprema.
El plan inició el día jueves cuando la televisión O Globo, famosa en su guerra abierta contra los gobiernos progresistas latinoamericanos y en este caso el brasileño, divulgó las supuestas declaraciones de un senador oficialista del Partido de los Trabajadores, PT, que acusa a Lula de ser la persona detrás de la red de corrupción en Petrobras. Estas acusaciones- que no se sabe por qué siempre se filtran a través de esta televisión de derecha brasileña- incendian la llama de la investigación en el caso de Petrobras y posteriormente el allanamiento de la casa de Lula y su corta detención por la policía.
Parece que es muy obvio el plan de la oposición: dar un ímpetu al caso que se ha convertido en el talón de Aquiles del gobierno petista ya que después de que la oposición perdió la batalla legal ante Rousseff en la lucha de juicio político en la Justicia, necesitaba otra razón para arrancar el motor de impeachment. Esta vez ha apuntado el corazón de PT, el padrino político de Rousseff para dejarla sin armas.
Asimismo, aplicando esta política, la derecha busca, a la vez, el segundo plan, impedir la posible candidatura de Lula en las elecciones presidenciales del 2018 ya que la oposición sabe muy bien que Lula será inconvencible.
Pero los resultados de dicho plan opositor han sido totalmente al revés. El mismo Lula anunció tras su liberación, en un discurso ardiente que esta campaña en su contra “ha prendido fuego en mí” y anunció que llevará su lucha a las calles entre el pueblo.
El carismático expresidente brasileño, que dejó la presidencia con más de 80 por ciento de popularidad, dijo que “si me quieren derrotar me tendrán que enfrentar en las calles de este país.”
Por su parte el pueblo brasileño ha expresado su respaldo a Lula ante la campaña difamadora. En el día de su detención, muchos de sus partidarios se congregaron ante su casa y hasta centenares de los brasileños se reunieron frente la sede de la policía de Sao Paolo donde fue interrogado el exmandatario para expresarle su solidaridad y respaldo. Han denunciado un plan de la oposición en colaboración con los medios de comunicación especialmente el O Globo para derrocar al gobierno de PT.
Centenares de estos partidarios también se congregaron frente a la sede de la televisión de O Globo en Sao Paolo para rechazar y repudiar su plan de función y sus acusaciones.
Parece que la lucha del pueblo brasileño, que hasta ahora solo estaba mirando la situación política en su país para ver si los distintos poderes pueden solucionar los problemas entre sí, ya ha entrado en acción para defender la democracia y los logros ganados en el pasado cercano a través de los gobiernos de Lula da Silva desde 2003 hasta 2010.