Alwaght- El presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, ha infringido todas las reglas contra los chiíes al continuar la detención del líder del Movimiento Islámico de Nigeria, Ibrahim al-Zakzaky y sus seguidores.
La campaña de represión contra los chiíes asesinados y arrestados el pasado mes de diciembre, ha recibido una condena internacional y fue calificada como “injustificada” por el Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés).
El portavoz del Movimiento Islámico de Nigeria, Musa Ibrahim, le llamó el lunes la atención a Buhari.
“El presidente Buhari no está siguiendo el estado de derecho. En nuestro caso, todas las normas relativas al arresto, la detención, se han roto”, aseveró Musa Ibrahim.
“¿Por qué deberían detener a alguien durante más de 70 días sin cargo alguno y sin dar acceso a sus abogados”, preguntó Ibrahim al gobierno.
El 13 de diciembre de 2015, los soldados nigerianos irrumpieron en la residencia de Al-Zakzaky, en la ciudad norteña de Zaria y mataron a cerca de 1.000 de sus seguidores, entre ellos a su hijo, y a él lo detuvieron.
Un día antes, los militares nigerianos acabaron con la vida de varios musulmanes chiíes en Zaria, cuando participaban en el funeral de un grupo de personas que habían muerto en un ataque del grupo terrorista Boko Haram en la aldea de Kamuya, en el estado de Borno (noreste).
El Movimiento Islámico de Nigeria ha publicado fotografías de 705 personas que se cree que todavía están desaparecidos en dichos ataques. Según los grupos de derechos humanos, unas 1.000 personas podrían haber muerto en esa incursión.