Alwaght- Fuertes explosiones sacudieron la noche del domingo las ciudades sirias de Homs (centro) y Damasco (la capital). Estos ataques, reivindicados por el grupo terrorista Daesh, dejaron más de 120 muertos.
Considerando los últimos acontecimientos en el teatro de conflictos en Siria, estos atentados terroristas evidencian la debilidad de Daesh ya que fueron perpetrados tras los recientes avances de las fuerzas gubernamentales sirias y kurdas.
Las fuerzas kurdas lograron el viernes expulsar a Daesh de la ciudad estratégica de Al-Shadadi en la provincia de Al-Hasaka (noreste), lo que se considera un golpe mortal contra ese grupo takfirí. En 2014, Daesh intentó utilizar esa ciudad como una sede para dirigir sus ataques destinados a extender su dominio a otras zonas. Asimismo, cuando el líder de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi, proclamó su objetivo de crear un califato, un gran número de militantes del grupo terrorista Frente Al-Nusra que estaban en esa ciudad, se unieron a Daesh. Los observadores creen que Al-Shadadi se había convertido en un centro de planificación de los ataques de Daesh e incluso varias fuentes informaban de las múltiples visitas de Abu Bakr al-Baghdadi a esa ciudad.
Además, el fracaso de Daesh en Al-Shadadi significa que ese grupo ha perdido el control de instalaciones petroleras como Kabiba y otras zonas vitales, lo que repercutirá negativamente en sus posiciones defensivas en las provincias de Deir al-Zur (este) y Al-Raqa (norte).
Por otra parte, en menos de un día después del fiasco de Daesh en Al-Shadadi, las fuerzas del Ejército sirio liberaron la mayor central termoeléctrica del país en el este de la provincia noroccidental de Alepo. La recuperación del control de ese centro energético, hará más seguro al aeropuerto militar Kuweires, ubicado entre Alepo y Al-Raqa. Según fuentes mediáticas, el Ejército sirio consiguió durante los últimos días liberar unas 25 aldeas en esta provincia que habían estado en manos terroristas.
Los duros golpes que sufrió Daesh en Alepo y Al-Hasaka, han sacudido la seguridad de ese grupo terrorista en Al-Raqa; una amenaza por la cual los integrantes de ese banda se han retirado de las zonas norteñas, orientales y occidentales de la provincia de Al-Raqa.
Mientras tanto, se puede decir que las explosiones en Homs y Damasco son reacciones de Daesh ante sus recientes fracasos en Siria, una táctica que emplea este grupo cuando sufre serias pérdidas para elevar el estado de ánimo de sus militantes y desviar la opinión pública de resultados en su contra.
De hecho, a finales de noviembre de 2015, asimismo, cuando las fuerzas sirias lograron romper el asedio de tres años de duración contra el aeropuerto Kuweires, dos explosiones mortales impactaron una zona en el sur de El Líbano, donde murieron más de 40 personas. Igualmente, después de que las fuerzas kurdas liberaron la ciudad de Sinyar (en el noroeste de Irak), Daesh perpetró varios ataques simultáneos en París, capital de Francia, donde dejaron más de 120 muertos y decenas de heridos