Alwaght- En Haití, Michel Martelly entregó el poder este sábado tras concluir sus cinco años en la presidencia del país caribeño. Ahora, Haití se queda sin presidente por la postergación de las elecciones presidenciales para elegir el nuevo mandatario.
En Haití, inicia el período de transición con la salida del poder del ya ex presidente Michel Martelly, tras acuerdo firmado por el poder ejecutivo y legislativo. Ante el parlamento y en su último discurso, el presidente saliente agradeció a quienes lo acompañaron durante su presidencia y también instó a todos los partidos políticos a la unidad.
“La historia se acordará, contra viento y marea y pese a quien pese, de la piedra que aporté a la construcción de un Haití más hermoso. Debemos permanecer vigilantes. Pido a todos los responsables ayudar a mantener la estabilidad en Haití”, enfatizó el ex mandatario haitiano.
Ahora, el Congreso dispone de cinco días para elegir a un presidente provisional, cuyo mandato no debería exceder 120 días.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, había saludado el acuerdo que dispone la formación de un gobierno transitorio y llamó a todas las partes a aplicarlo.
Pese al vacío del poder causado la salida de Martelly, el presidente del Senado y de la Asamblea Nacional, Jocelerme Privert, quien recibió la banda presidencial de Michel Martelly, declaró que la partida del jefe del Estado no detiene la marcha de la historia. La rueda de la República Haitiana continúa girando inexorablemente.
La situación política en Haití se ha convertido en un caos después de que el proceso electoral fuera suspendido por las protestas de la oposición, que denunció un "golpe de Estado electoral" fomentado por el gobierno.
En la primera vuelta de la elección presidencial, el 25 de octubre, el candidato oficialista, Jovenel Moise, había obtenido 32 por ciento de los votos, contra 25% para Jude Célestin.
La segunda vuelta, inicialmente prevista para el 27 de diciembre, fue reprogramada en primera instancia para el 24 de enero y luego postergada indefinidamente.
Pero no hay que olvidar el rol que tiene la Organización de los Estados Americanos, OEA, en la situación política del país. Según varios analistas internacionales, este papel de la OEA ha sido más negativo que positivo y constructivo, ya que esta organización regional busca la salida del partido gobernante en Haití y no una solución del caso.
Varias protestas y manifestaciones de los ciudadanos contra la presencia de los delegados de la OEA en su país son muestras de la política intervencionista de la OEA.
Desde hace 30 años, cuando la dictadura de la familia de Duvalier, que dejó unos 60 mil muertos, Haití todavía tiene graves problemas para establecer los primordiales principios de la democracia.
A la debilidad democrática y económica del país más pobre del hemisferio occidental ya se debe añadir la perspectiva de un vacío de poder.