Alwaght- Los cambios en la situación crítica del Oriente Medio durante los últimos años muestran que la tensión entre Riad y Teherán, que puede verse sus efectos en los niveles regionales e internacionales, ha causado que se formaran nuevas alianzas entre los actores regionales. Las cercanas relaciones entre Turquía y Arabia Saudí muestran una de estas alianzas que probablemente se forme en un futuro cercano, según los analistas.
De acuerdo con los investigadores, los viajes del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y otras autoridades turcas a Arabia Saudí, las posturas comunes sobre las crisis de Siria y Yemen, la postura de Erdogan ante las protestas de Irán contra la ejecución del sheij Nimr Baqer al-Nimr y también sus preocupaciones por la implementación del acuerdo nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 son unos de los principales factores que pueden formar una alianza entre Turquía y Arabia Saudí. E incluso, la adhesión del régimen sionista a esta alianza y la formación de un triángulo Turquía-Arabia Saudí-Israel contra Irán son unas de las predicciones de los analistas en este sentido.
Ahora hay que preguntar si se puede tomar en serio el acercamiento entre Arabia Saudí y Turquía y esperar una alianza fuerte entre ambos países. Con una mirada hacia las políticas exteriores del régimen de Riad y Ankara, así como los acontecimientos en el Oriente Medio se puede llegar a esta conclusión que la respuesta sería negativa.
Las declaraciones de las autoridades saudíes y las infraestructuras de la política exterior de Arabia Saudí y Turquía muestran que a pesar de los últimos esfuerzos de ambos para estrechar sus relaciones (como los numerosos viajes de Erdogan al país árabe) estos países no pueden tener un destino común. De hecho, la política exterior de Turquía que tiene sus bases en la interpretación del movimiento de los Hermanos Musulmanes (HM) del Islam, no puede acercarse demasiado a los pensamientos wahabíes de las autoridades del régimen de Al Saud. Estas dos ideologías han traído conflictos desde hace mucho tiempo y durante la historia han causado distin tos enfrentamientos entre las dos partes.
El principal ejemplo de estos enfrentamientos son las revoluciones en los países árabes del Oriente Medio a partir del año 2011. Mientras el régimen de Riad empleó toda su fuerza para impedir la penetración de esta ola de revoluciones en Arabia Saudí y otros países árabes del Golfo Pérsico, Turquía trataba de llevar al poder a los grupos partidarios de los HM gracias al apoyo de los revolucionarios del Despertar Islámico.
Por lo tanto, Arabia Saudí reprimió brutalmente a los revolucionarios en Bahréin, mientras Turquía apoyó a los HM en Egipto y Túnez.
Otro ejemplo de las discrepancias de estos dos países fue el caso de la destitución del expresidente egipcio Mohamad Mursi mediante un golpe militar. Erdogan expresó sus condenas más enérgicas al derrocamiento de Mursi e incluso durante un mitin hizo un saludo levantando cuatro dedos de la mano (un símbolo de los simpatizantes de los HM) para mostrar su apoyo al destituido presidente egipcio y pidió la restauración en el poder de Mursi. Sin embargo, la Cancillería saudí fue el primer país en el mundo en saludar el golpe de Estado liderado por Abdel Fatah al-Sisi (presidente actual de Egipto) y ofreció sus apoyos al nuevo Gobierno de Egipto.
Estos hechos que mostraron la diferencia en las actitudes de estos dos actores de la región pueden repetirse también en el futuro, ya que Turquía está apoyando a los Hermanos Musulmanes y Arabia Saudí patrocina a los grupos wahabíes y takfiríes.
En realidad, los acontecimientos regionales muestran que el supuesto acercamiento de Turquía y Arabia Saudí, del que se habla mucho recientemente en los medio de comunicación, no es una alianza sino una estrategia basada en las políticas económicas del Gobierno de Erdogan que es fruto de las tensiones en las relaciones del régimen saudí y la República Islámica de Irán. Por otra parte, los saudíes tratan de acercare a Ankara solo para hacer frente al país persa.