Alwaght- Aunque ya ha transcurrido más de una semana de la tensión creada en las relaciones entre Irán y Arabia Saudí, el tema sigue siendo objeto de atención y distin tos países han adoptado diferentes posturas al respecto.
Los saudíes aprovecharon el ataque contra su embajada en Teherán para intensificar las divergencias entre los suníes y los chiíes con el objetivo de aumentar las tensiones con Irán. De ahí, al anunciar la ruptura de las relaciones diplomáticas con Irán, no escatimaron esfuerzo alguno para convencer a los países árabes suníes que sigan los pasos de Riad. Aunque no tuvieron éxito y solo algunos países como Baréin, Sudán y Yibuti, países necesitados del apoyo saudí, apoyaron a Riad en su decisión y pusieron fin a sus lazos con Teherán.
Independientemente de la cuestión suní-chií, la postura saudí hacia Irán provocó también las reacciones de otros actores en Oriente Medio, incluido EEUU, que no sabe cómo responder a los recientes acontecimientos. Por un lado no quiere desesperar a Arabia Saudí, su aliado clave, y por otro no quiere que las tensiones entre Teherán y Riad obstaculicen los intentos de Washington para lograr el éxito de los diálogos nucleares. Mientras tanto, EEUU ha reaccionado ante las ejecuciones que se han realizado en Arabia Saudí y ha condenado las violaciones de los derechos humanos en este país.
El régimen israelí, ante esta situación, se muestra sumamente complacido por las tensiones creadas. Las autoridades israelíes suelen hablar de los intereses en común que tienen con los países árabes ribereños del Golfo Pérsico, sobre todo con Arabia Saudí y ven el contexto actual como una buena oportunidad para reforzar sus cooperaciones con los saudíes a la hora de hacer frente a Irán. Es decir que se trata de la mejor oportunidad para que el régimen israelí se acerque a los países árabes y comparta con ellos posturas contra Irán y Hezbolá.
Varios expertos políticos han abordado la alianza entre los saudíes y los sionistas. Dore Gold, director general del ministerio de asuntos exteriores israelí, considera importante mantener relaciones y firmar acuerdos con los países árabes para contrarrestar las amenazas de Irán. Igual que el canciller saudí, Gold acusa a la República Islámica de Irán de aunar esfuerzos para aumentar su influencia en Gaza y presionar a Israel de norte a sur.
Repitiendo las posturas de las autoridades saudíes sobre Irán, este funcionario israelí ha acusado al país persa de brindar refugio a Abu Musab Zarqawi, el fundador de la rama de Al-Qaeda en Irak, y estar implicado en la formación de este grupo terrorista en Irak.
Además de esta alegación que carece de cualquier evidencia o prueba, algunas autoridades israelíes consideran la situación actual como una buena oportunidad para desarrollar cooperaciones entre el régimen de Tel Aviv y Arabia Saudí en diversas áreas. Opher Yisraeli, uno de los más prominentes investigadores israelíes, ha analizado en un artículo el contexto del reciente acercamiento entre Israel y Riad. Él cree que Arabia Saudí e Israel consideran el pacto nuclear entre Irán y el Grupo 5+1 como un acuerdo malo y como consecuencia de la actual crisis en la región, las dos partes tratan de estrechar las relaciones bilaterales.
A juicio de Yisraeli, el caso de Palestina es otra de las raíces del acercamiento de Israel y el régimen de Al Saud. Los saudíes lograron aprobar una resolución en la Liga Árabe (LA) en el año 2002, según la cual los países árabes reconocen al régimen sionista, pero también tiene algunos puntos que no agradan a los israelíes. Los analistas políticos israelíes coinciden en que el régimen de Tel Aviv puede aprovechar la situación actual para obligar a Arabia Saudí a realizar algunos cambios a favor de los israelíes en la resolución de la LA.
Yisraelí afirma que los israelíes pueden utilizar las circunstancias actuales para brindar más apoyo a los saudíes en su guerra contra el movimiento popular yemení Ansarolá, vendiendo el sistema de misiles Cúpula de Hierro para defenderse ante los cohetes disparados desde el territorio yemení.
Los intereses del régimen de Israel y Arabia Saudí también coinciden en la crisis de Siria, donde los saudíes no escatiman esfuerzos para derrocar al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
Por lo tanto, los funcionarios israelíes consideran las últimas tensiones en las relaciones entre Irán y Arabia Saudí como una oportunidad dorada para poner en marcha sus propios planes en el marco de sus intereses y sacar más beneficios.