El padre de uno de los 43 estudiantes desaparecidos en el estado de Guerrero (sur de México) recibió la Navidad con una huelga de hambre frente al consulado de México en Nueva York (noreste de EE.UU).
Poco después de declararse en huelga de hambre, Antonio Tizapa, padre de Jorge Antonio Tizapa, estaba ofreciendo entrevistas a la televisión local, cuando agentes de la policía y del cuerpo antiterrorista estadounidense se personaron y pidieron a los manifestantes retirarse del lugar.
Tizapa, que estaba acompañado de integrantes de organizaciones sociales de EE.UU., recordó que ya son 15 meses de no saber nada de su hijo y 42 más y se dijo convencido de que los jóvenes están vivos por lo que no detendrán sus movilizaciones, porque "estamos seguros al cien por ciento de que a nuestros hijos los tiene el Gobierno".
“Para nosotros no hay Navidad. A las familias que están íntegras y que tienen a todos sus seres queridos les deseo una feliz Navidad", anheló el padre, que entregó a los funcionarios del consulado una carta dirigida al presidente de México, Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con la versión del Gobierno mexicano, los jóvenes fueron detenidos el 26 de septiembre del 2014, por policías y entregados a miembros del cártel de Guerreros Unidos, quienes los mataron y los incineraron en una hoguera en el municipio de Cocula, cercano a Iguala.
Los padres rechazan esta versión, ya que expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) aseguran que el destino de los jóvenes de Iguala sigue siendo desconocido, pues, según ellos, no fueron quemados en el basurero de Cocula.