Alwaght- A mediados del pasado mes de noviembre la ciudad turca de Antalya acogió la cumbre de los líderes del G20, en momentos en que el paro en el país va en aumento y está perdiendo valor su moneda nacional frente al dólar. Mientras los líderes mundiales debatían en frentes políticos las secuelas de la crisis en Siria, la cercanía de Turquía con los conflictos en Siria, así como su política exterior, tuvo consecuencias económicas directas e indirectas.
Las recientes tensiones entre Turquía y Rusia por el derribo del avión militar ruso por las fuerzas turcas, provocó que aumentaran una vez más los altos costes de ayudas humanitarias, el apoyo a los solicitantes de asilo, el mantenimiento de la seguridad en las fronteras y en gastos militares. El debilitamiento surgido en los lazos comerciales con Rusia, ejerció una grave presión a la economía de Turquía.
El cambio en la fuerza laboral, la caída en la Inversión Extranjera Directa (FDI, por sus siglas en inglés), disminución del crecimiento potencial y agravamiento de la inflación son varias de las consecuencias de la postura de Turquía respecto a Siria y los conflictos regionales. Además, las evidencias indican que los mencionados costes aumentarán con el reforzamiento de la intervención turca en Siria. Por otra parte, si Turquía coordina su postura sobre Siria con las actividades internacionales para solucionar la crisis, dichos gastos económicos van a reducir efectivamente.
Antes del inicio de los conflictos en Siria en 2011, la tasa media de crecimiento económico de Turquía era casi 9.2 % en 2010 y 8.8 % en 2011, la cifra más alta en el mundo después de China. En 2012, el crecimiento económico del país turco redujo tajantemente hasta 2.2 %. Entre las principales causas de este descenso se puede mencionar la crisis bancaria de Europa y su difusión en la zona euro y el impacto de esta crisis en las economías emergentes del mercado, entre ellas Turquía. Por otra parte, la situación financiera frágil, la extensión de los conflictos en Siria hasta las fronteras de Turquía, los choques fronterizos y la inestabilidad política han tenido un alto precio para la economía de Turquía.
1. El costo de los refugiados
Antes de la guerra en Siria, el costo anual de la organización del Manejo de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD, por sus siglas en turco) era casi 395 millones de dólares mientras que tras el inicio del caos, la cifra ha aumentado más del 75 % alcanzando 1.5 mil millones de dólares en 2011 y 1.7 mil millones en 2012.
De acuerdo con las declaraciones de las autoridades turcas, hasta el momento Ankara ha gastado casi 8 mil millones de dólares (0.5 % del actual Producto Interior Bruto, PIB, de Turquía) para los refugiados sirios dentro de sus fronteras, de esta cifra tan solo 418 mil millones han sido cobrados por las ayudas mundiales.
La verdad es que la mayor parte del coste de refugiados fue impuesto a Turquía debido a la mala gestión de las Naciones Unidas y a la política exterior turca. En las primeras fases de la crisis en Siria, las divergencias en el Consejo de Seguridad de la ONU impidieron el alcance a una solución diplomática. La política exterior de Turquía (y otros países como Catar y Arabia Saudí) fue orientada hacia el apoyo a los insurgentes y movimientos extremistas islamistas con el fin de derrocar al presidente sirio Al-Asad.
Como resultado, la postura de Turquía respecto a Siria se concentró en el derrocamiento de Al-Asad y no en la eliminación de Daesh. Entonces, el país turco no recibió ningún tipo de colaboración internacional y se vio obligado a pagar los costes de su decisión. Si Ankara olvidara el enfoque concentrado en Al-Asad y siguiera un objetivo más constructivo en Siria, los gastos disminuirían gracias a los respaldos internacionales.
2. Los costos militares
Los costos militares han aumentado también igual que los de los refugiados tras el inicio de la crisis siria. Turquía tiene uno de los ejércitos más grandes de la región y su gasto militar en 2010 llegó a casi 17 mil millones de dólares. En 2014 esta cifra alcanzó los 22.6 mil millones de dólares que indica un aumento del 25 %. La Institución de Investigaciones Internacionales de Paz de Estocolmo (SIPRI) afirma que en 2014 Turquía fue incluida entre los primeros 15 países con más gasto militar.
3. Los costos inevitables
Las consecuencias de las operaciones militares dentro de Siria y alrededor de este país condujeron al empeoramiento de las relaciones con varios países, entre ellos Rusia, lo que resultó en costos impredecibles para Ankara. La Fuerza Aérea turca derribó un bombardero ruso. A continuación, Rusia impuso sanciones contra Turquía. Esas sanciones abarcaban varias áreas económicas.
1. La suspensión de las líneas aéreas entre los dos países que entrará en vigor el primer día de enero de 2016
2. La aplicación de restricciones de viaje a los ciudadanos turcos
3. La prohibición para emplear a los turcos en el sector comercial de Rusia
4. La aplicación de restricciones a la importación de las mercancías turcas.
Además ya no se sabe nada sobre el destino del proyecto del gasoducto que iba a importar hasta 63 mil millones cúbicos de gas anualmente. Aunque sería difícil calcular los costos de las sanciones, pero se puede adivinar que las sanciones, sin considerar los proyectos suspendidos, producirán una pérdida de 3.7 mil millones de dólares a la economía turca.
4. Los costos comerciales
Los costos que las sanciones tendrán para la economía turca se producen en paralelo con los gastos militares y los gastos producidos por la llegada de los refugiados a su territorio, de tal manera que el volumen de los intercambios comerciales entre Turquía y Siria se redujo en un 70 % por las secuelas de la guerra en Siria. El valor de las exportaciones turcas a Siria alcanzaba en 2010 los 1.8 mil millones de dólares; esta cifra bajó a 497 millones de dólares en 2012.
Antes del inicio de la crisis siria, este país era considerado como una importante vía transitoria para las exportaciones de Turquía a otros países del Oriente Medio. Pero tras el comienzo de la guerra en Siria, se redujo el volumen del comercio. A partir de entonces, la mayor parte de las exportaciones son alimentos.
Turquía se alejó de su política basada en buenas relaciones con los vecinos y su enemistad con Al-Asad le ha acarreado un gran coste a la economía de este país.