Alwaght- El secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasrolá, aseguró el lunes que responderá al régimen de Israel por la muerte de un miembro de alto rango de ese movimiento, Samir Kuntar.
“Nos reservamos el derecho de responder por su asesinato, en el lugar y el momento que consideremos apropiado. Vamos a ejercer ese derecho”, afirmó Nasrolá, en un discurso televisado.
Además subrayó que Hezbolá no tiene ninguna duda de que el régimen de Israel es responsable del asesinato de Kuntar, quien perdió la vida el pasado domingo por el impacto de misiles lanzados por el régimen de Tel Aviv contra su casa, en Damasco, capital siria.
Más temprano en el día fue celebrada la ceremonia fúnebre del Kuntar, en Beirut, capital libanesa, a la cual asistieron miles de personas, entre ellas, el presidente del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, Seyed Hashem Safi al-Din.
“Si los israelíes piensan que (matando a Kuntar) han cerrado una cuenta, se equivocan. Saben perfectamente que han abierto nuevas cuentas”, advirtió Seyed Hashem Safi al-Din, durante el masivo funeral.
Tras haber pasado 29 años en cárceles israelíes, Kuntar fue liberado en 2008 en un canje de prisioneros entre las autoridades israelíes y de Hezbolá.
En otra parte de su discurso, Nasrolá también se refirió a la reciente matanza de musulmanes chiíes en Nigeria y condenó el silencio de la comunidad internacional al respecto.
Además exigió al Gobierno de Abuya la inmediata liberación de Ibrahim al-Zakzaky, un prominente clérigo chií en la ciudad de Zaria (norte de Nigeria), detenido por los soldados nigerianos, e insistió en que los autores del asesinato de musulmanes sean llevados ante la justicia para un juicio justo.
El pasado 12 de diciembre, las fuerzas militares nigerianas acabaron con la vida de varios musulmanes chiíes en Zaria, cuando participaban en el funeral de una serie de personas que habían muerto en un ataque del grupo terrorista Boko Haram en la aldea de Kamuya, en el estado de Borno (noreste).
Un día después de ese ataque, los soldados nigerianos irrumpieron en la residencia de Ibrahim al-Zakzaky y mataron a varios de sus seguidores, entre ellos su hijo y su esposa, y a él lo detuvieron.