Alwaght- Desde el pasado sábado, el Ejército nigeriano viene desarrollando una serie de asaltos violentos contra la sede de los musulmanes chiíes del país africano, dando muerte a un gran número de sus seguidores.
Según los activistas pro derechos humanos, las fuerzas militares del país han llevado a cabo una mascare contra los chiíes matando hasta mil personas.
En el transcurso de un ataque brutal, llevado a cabo el domingo por las fuerzas militares del Ejército contra la residencia del líder del Movimiento Islámico del país africano, situada en la ciudad norteña de Zaria, cientos de personas, entre ellas el hijo del líder chií nigeriano, Sheij Ibrahim Zakzaky, perdieron la vida y otras más resultaron heridas.
De momento no fue posible verificar de manera independiente las cifras del ataque pues el Ejército cercó las zonas afectadas.
Por su parte, Chidi Odinkalu, el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Nigeria, ha publicado una serie de fotos en las que se le ve cómo la policía nigeriana ataca a la comunidad chií y destruye la casa de su líder.
Durante el asalto, también perdió la vida el segundo vocero del movimiento junto a otras decenas de musulmanes chiíes.
Según las fuentes locales, pese a la resistencia de sus seguidores, los soldados nigerianos detuvieron al clérigo de alto rango. La noticia fue confirmada por el Ejército del país.
El incidente tuvo lugar un día después de que las fuerzas del Ejército acabaran con la vida de unos diez musulmanes chiíes, mientras que participaban en el funeral de las personas que habían muerto en un ataque del grupo terrorista Boko Haram.
Ante las brutalidades del Ejército nigeriano contra la comunidad chií, entre otras denuncias, cientos de indignados se agruparon ante Alto Comisionado de la ONU en la capital británica de Londres.
Por su parte, la República Islámica de Irán ha asegurado que seguirá de cerca el caso de la detención de un clérigo chií de alto rango en Nigeria.
“Tanto para nosotros como para todo el mundo islámico es una cuestión de suma importancia saber el destino final que correrá el clérigo chií Ibrahim al-Zakzaky, encarcelado en Nigeria”, afirmó el lunes el vicecanciller iraní para Asuntos Árabes y Africanos, Husein Amir Abdolahian.
Entre tanto y en la misma jornada del lunes, el Ministerio iraní de Asuntos Exteriores convocó al encargado de negocios de Nigeria en Teherán para expresarle sus críticas por la muerte de varios ciudadanos chiíes a manos de las fuerzas nigerianas durante los últimos dos días.
De mismo modo, la cartera iraní pidió al Gobierno de Nigeria que adopte medidas rápidas y serias para proteger a los musulmanes y acabar con la violencia de que son objeto.
Gracias a las buenas relaciones que existen entre Teherán y Abuya, señala, Irán espera realizar consultas con las autoridades del país africano para ayudar al establecimiento de la paz e impedir la intensificación de la violencia y conflictos armados en el norte de ese país.
El motivo de las protestas del líder chií nigeriano
Hace poco tiempo, Sheij Ibrahim Zakzaky había mostrado su descontento ante las políticas del Gobierno nigeriano por desarrollar relaciones con los servicios israelíes de inteligencia y por mantener relaciones con elementos del grupo terrorista Boko Haram.
Un ataque bien premeditado
Ante esta situación, el Ejército nigeriano intentó acusar a los chiíes del país de tratar de atacar el convoy que transportaba al jefe de Estado Mayor del Ejército, el general Yusuf Buratai, en visita a Zaria, con el objetivo de asesinarlo.
Mediante un comunicado, el Ejército nigeriano alegó que cientos de militantes de la secta fuertemente armados montaron barricadas en la carretera con hogueras, piedras y neumáticos y abrieron fuego contra los vehículos militares y lanzaron todo tipo de objetos contra ellos.
No obstante, el Movimiento Islámico rechazó tales alegaciones y las calificó de mentiras, pues a su juicio, la gente no armada nunca será capaz de asesinar al jefe del Estado Mayor.
El Movimiento Islámico insiste en que se trata de un plan premeditado, pues todos los militares obedecían las ordenes de sus superiores mientras que estaban acompañados por fotógrafos.
No se trata de primera vez que los musulmanes chiíes del país se convierten en el blanco de las tropas nigerianas, pues 33 personas cayeron mártir en la última ceremonia del Día mundial de Al-Quds, después de que los militares abrieran fuego contra las filas de los participantes del acto.
Por otra parte, el grupo terrorista Boko Haram presta su apoyo al Ejército del país africano a la hora de llevar a cabo medidas terroristas contra la comunidad chií. El mes pasado Boko Haram reivindicó la autoría de un ataque suicida que mató a 23 chiíes en la ciudad de Kano, en el norte del país.
Boko Haram suele atacar a musulmanes que predican contra su visión radical. El grupo terrorista inició una revuelta violenta luego de que fuerzas armadas nigerianas atacaran en 2009 su sede en la ciudad de Maiduguri, en el noroeste del país. Seis años después, la insurgencia se ha cobrado la vida de unas 20 mil personas y ha obligado a 2.3 millones a huir de sus hogares.
Por su parte, Zakzaky había calificado de injustificables tales ataques del Ejército contra los musulmanes chiíes, destacando que su movimiento se opone a la violencia de Boko Haram.