Alwaght- El teniente general de la Fuerza Aérea de EEUU, Charles Brown, además de agradecer los intentos de Arabia Saudí en la vía de adoptarse las políticas de Washington en la región, alabó las operaciones de la coalición liderada por Riad en Yemen.
Además, Brown informó de las inminentes cooperaciones entre la Fuerza Aérea de su país con el ejército saudí. En esta misma línea, se mostró asombrado ante los operativos aéreos de la aviación saudí, reiterando que "nosotros y Arabia Saudí tenemos la misma forma de pensar".
Sin duda, Estados Unidos aplaude la política tomada por Arabia Saudí y sus ataques a los civiles yemeníes, puesto que este país está involucrado más de 200 días en un conflicto a gran escala, una guerra subsidiaria del cual ha obtenido beneficios millonarios el Departamento de Tesoro de Estados Unidos, dólares pagados por la venta del crudo saudí. Este dinero debería ser gastado para el bienestar de una nación que al contrario de sus gobernadores sufre graves problemas sociales y económicos. La guerra ha dejado hasta el momento más de 7 mil civiles muertos, la mayoría mujeres y niños.
El elogio ofrecido por Estados Unidos a los actos saudíes no es algo nuevo, pues desde el inicio de la guerra de Afganistán, incluso antes de la fecha, Arabia Saudí ha aplicado de mejor forma posible las deseadas políticas de Washington en la región.
Arabia Saudí financió la organización terrorista Al-Qaeda en Afganistán para destruir la Unión Soviética y contribuyó a su desarrollo enviando militantes takfiríes y wahabíes de origen saudí.
Arabia Saudí aún guardó silencio ante las matanzas y desastres perpetrados por el régimen sionista, y prefirió no atacarle.
Cuando inició la guerra diseñada por Estados Unidos en Siria, Riad apoyó a los terroristas ofreciéndoles apoyos financieros y armamentísticos, equipos comprados del país occidental.
De esta manera, cabe preguntar ¿por qué no debe alabar Estados Unidos tales medidas saudíes? Por un lado Washington vende armas, al mismo tiempo está observando desde lejos la guerra desatada por sí mismo, gozando de total seguridad, y además controla su nuevo plan para Oriente Medio, el mismo que se vio fracasado una vez en la guerra de enero de 2006. A pesar de lo mencionado, la frase “tenemos la misma forma de pensar” no parece verdadera desde un aspecto; Estados Unidos apoya el terrorismo en el mundo, ocultando esta asistencia detrás de sus reclamos defendiendo la libertad y los derechos de los oprimidos, mientras que el régimen de Al Saud realiza este apoyo abiertamente, castigando a sus opositores.
En este sentido, la “ocupación de Irak por EEUU” es el mejor ejemplo. Los estadounidenses entraron en Irak con el pretexto de destruir las armas de destrucción masiva y mataron a miles iraquíes que, según los mismos norteamericanos, les apoyaron. EEUU siempre ha buscado pretextos para encubrir sus crímenes en el mundo. Todo el mundo sabe bien sobre los crímenes de EEUU en diferentes países, como las imágenes publicadas de las torturas de los estadounidenses en la cárcel iraquí de Abu Ghraib, pero debido a la influencia de EEUU en los medios de comunicación internacionales, este país norteamericano siempre ha podido encubrir las verdades sobre sus crímenes.
Además de EEUU, Arabia Saudí ha jugado un papel importante en la creación de la crisis en Irak y en otros países regionales. Por ejemplo, Arabia Saudí envía armas en secreto a los terroristas, envía a los militares wahabíes y saudíes a otros países regionales para ayudar a los terroristas, apoya las operaciones suicidas terroristas, diseña los conflictos interiores y secretarios y también, los saudíes, con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), formaron (directa o indirectamente) el grupo terrorista Daesh, según las revelaciones de Edward Snowden, el excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA por sus siglas en inglés).
Asimismo, Arabia Saudí, en la guerra en Siria, ayudó financieramente y armamentísticamente a los grupos terroristas. Los clérigos wahabíes apoyaron a los saudíes y motivaron a los jóvenes para participar en las operaciones terroristas en Siria en nombre de la “yihad”.
Arabia Saudí y otros países ribereños al Golfo Pérsico compran sus necesidades militares a EEUU y esto es un asunto que satisface a los estadounidenses. Estos países destinan miles de millones de dólares de su presupuesto para comprar armas. A pesar de tener armas, misiles y aviones de guerra, estos países no son capaces ni de fabricar una bala de pistola. Por eso, ellos se ven obligados a comprar sus necesidades militares a EEUU.
Ahora, Estados Unidos agradece a sus aliados por las masacres en Yemen, pero los yemeníes, sirios y palestinos vencerán a EEUU y a sus aliados cuanto antes.