Alwaght- El presidente de Bolivia. Evo Morales, anunció que la oposición del país sudamericano teme preguntar al pueblo sobre la reelección presidencial ya que sabe muy bien la realidad.
“Tienen miedo, sí. Y tienen un problema: antes los presidentes gobernaban bajo alianzas, bajo pactos, porque nunca ganaban con más del 50 %. Nosotros sí lo hacemos”, declaró Morales en una entrevista concedida a la agencia EFE.
Ayer el jueves, el gobierno boliviano promulgó la ley de convocatoria a referendo para aprobar o rechazar si se le permite al presidente postularse a un nuevo mandato.
La pregunta que los bolivianos deberán validar es: "¿Usted está de acuerdo con la reforma de la Constitución para que el presidente pueda ser reelecto por dos veces de manera continua?"
Anteriormente, el Congreso boliviano y la Corte Suprema Constitucional habían autorizado al gobierno para poner en referéndum la Carta Magna para que Morales pueda participar en las elecciones presidenciales del 2019.
Sin embargo, la oposición anunció que no se sienta con los brazos cruzados e informó que llevará el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), lo que provocó la reacción del mandatario más popular del continente americano.
“No sé qué autoridad moral tiene la derecha ni qué autoridad moral tiene esa corte de la OEA (la Organización de Estados Americanos) para meterse en asuntos internos”, cuestionó el dignatario boliviano.
La oposición boliviana y sus alianzas regionales e internacionales acusan a Morales de que agarra al mandato y no lo deja ya que esta forma de mandatos consecutivos causa una forma de autoritarismo en el país.
Como respuesta, Morales recalca que “la estabilidad garantiza la prosperidad” y que tal responsabilidad “pertenece al pueblo” y que eso es “lo más democrático”.
Recorrer la historia reciente boliviana desde el 2000, uno se entera de que Morales tiene razón, ya que después de que el primer presidente indígena de América Latina asumiera poder, pese a los años difíciles que se enfrentó en sus primeros años de presidencia, el ritmo de la economía, la estabilidad política y firmeza en las decisiones para resolver los problemas del pueblo han convertido a Morales al presidente más popular de toda América.
Bolivia pudo experimentar la tasa de crecimiento económico más alto de Latinoamérica en los últimos años, bajar drásticamente la tasa de la pobreza extrema, el analfabetismo y se ha convertido a la primera frente para luchar contra la cultivación ilegal de coca, de tal manera que la ONU apreció los esfuerzos de la administración de Morales.
Los resultados de estas políticas correctas y adecuadas ya asustan a la oposición que durante décadas solo llenaba sus bolsillos cuando gobernaba el país, pero actualmente ha sido aislada.
Otro asunto que se debe mencionar es que la oposición boliviana y en total, la derecha latinoamericana siempre habla de la democracia, pues por qué no acepta que a través de un referéndum, modelo perfecto de la voluntad del pueblo, los bolivianos expresen su opinión sobre la reelección de Morales.
Hasta ahora, el Movimiento al Socialismo, MAS, el partido de Morales, ha ganado todas las elecciones en Bolivia desde que asumiera la presidencia Morales en 2006, sin necesitar buscar una alianza.
En 2006, Morales ganó las elecciones con el 54 % de los sufragios. En enero de 2010 un apoyo aún mayor, el 69 % del pueblo le abrió paso a un segundo periodo de gestión. En 2014 fue reelegido para un tercer mandato de cinco años con 63 por ciento.
Ahora le toca al pueblo boliviano decidir el próximo 21 de febrero en un referéndum si avala la mencionada reforma. En caso de que gane el ˈsíˈ, Evo Morales podrá presentarse como candidato a las elecciones de 2019 con el fin de lograr el que sería su cuarto mandato consecutivo.
De acuerdo con el informe publicado por el diario local Página Siete, está previsto que el 46 por ciento de los bolivianos vote en el referendo a favor de la enmienda constitucional que posibilitaría la reelección de Morales.