Alwaght- La ola de evoluciones, llamada "el Despertar Islámico", que se inició en 2011 desde Túnez y Egipto, y que resultó en el derrocamiento de algunos gobiernos autoritarios de la región de Oriente Medio y del Norte de África, desde el principio fue apoyada por la República Islámica de Irán. Entre tanto, el movimiento de la nación de Bahréin -de mayoría chií- era importante desde diferentes aspectos para Irán. Al contrario de los otros países árabes en los cuales el Despertar Islámico causó la destitución de gobiernos, la Revolución bahreiní nació bajo condiciones muy especiales, razón por la cual este movimiento popular aún no ha alcanzado el éxito.
De hecho, desde el principio los revolucionarios bahreiníes se han enfrentado a grandes retos que todavía, aun después de cinco años, siguen vigentes:
1. Represión dura y sistemática: El movimiento popular en Bahréin surgió en un periodo de tiempo especial y luego de que se agravara la situación en las otras naciones árabes, entre ellas Túnez, Egipto, Siria y Libia. La experiencia de los eventos revolucionarios en dichos estados lanzó una advertencia a los líderes de países ribereños del golfo Pérsico sobre el contagio de semejante revolución en su propio territorio, pues, se encendieron las alarmas en estos países. El temor a las evoluciones acaecidas en el norte de África fue la causa de la aplicación de una medida represiva por parte de todas las monarquías del golfo Pérsico. El acto de perpetrar duras represiones policiales y convertir las protestas políticas en asuntos graves de seguridad, haciendo uso de fuerzas especiales de represión denominadas "el Escudo de Isla", condujo a la Revolución de Bahréin hacia un impasse y cesó su avance.
2. Delimitación de la Revolución dentro de un ambiente árabe y alineamiento de los poderes mundiales con los líderes árabes: Bahréin se ubica en un territorio rodeado por países árabes, excepto por Irán. El ambiente geográfico y político de Bahréin está dominado y dirigido por los líderes regionales, no obstante los poderes transregionales no influenciaron en la Revolución bahreiní. Estos poderes tomaron una política alineada con la de las monarquías regionales, destinada a reprimir el movimiento de la nación bahreiní. Por ejemplo, Estados Unidos como un importante factor desestabilizador en la región adoptó dos posturas completamente diferentes respecto a las revoluciones en Bahréin y Libia, mientras que Rusia, como principal rival de EE.UU., no tenía una influencia adecuada en este país. En otras palabras, los poderes mundiales carecían de conflicto de interés en Bahréin, hecho que podría conllevar el apoyo a los revolucionarios por parte de algunos de ellos. Los manifestantes bahreiníes no cuentan con ningún apoyo serio de parte de la comunidad internacional, ni una ayuda mediática ni tampoco logística –excepto de Irán que les ha brindado un apoyo político y mediático, lo que ha facilitado la aplicación de medidas de represión por Al Jalifa y Al Saud en su contra.
3. Revolución en condiciones de competencia regional: Se puede afirmar que al contrario de los levantamientos de Libia, Siria, Egipto y de Túnez, la Revolución de Bahréin nunca ha sido el objeto de atención de los medios de comunicación o de las organizaciones internacionales ya que desde el primer día, ha sido rotundamente reprimida y como el resultado nunca se convirtió en una cuestión regional o internacional. La polarización regional entre el eje de reconciliación y el de resistencia se considera como otra buena explicación para el bloqueo mediático sobre Bahréin. Teniendo en cuenta que la mayoría de los bahreiníes son chiíes y los manifestantes gozan del apoyo de Irán, las autoridades árabes y sus partidarios creen que las evoluciones de Bahréin se deben a la influencia de Irán así que las protestas son de mucha importancia para los funcionarios árabes.
4. Revolución silenciosa: Desde el aspecto mediático, la Revolución de Bahréin se ha quedado como un tema desconocido así que no ha recibido mucha atención por parte de la ONU, los organismos afiliados a esta organización o los grupos que abogan por defender los derechos humanos. No se puede imaginar que dicha condición sea por casualidad. La verdad es que los imperios mediáticos del Occidente y del mundo árabe han impulsado un bloqueo informativo sobre los acontecimientos revolucionarios de Bahréin por un lado, debido a los intereses de países occidentales y sus alianzas con los gobiernos árabes y por otro, a causa de las evoluciones regionales como las crisis de Irak y Siria creado por terroristas de EIIL (Daesh en árabe) o los talibanes. De hecho, la Revolución de Bahréin ha estado bajo la sombra de las crisis regionales y mundiales más significativas.