Según los informes, el asalto brutal contra los palestinos en Al-Aqsa se inició el domingo tras el despliegue de soldados israelíes en la zona, con motivo del nuevo año judío.
En este sentido, al menos 20 palestinos resultaron heridos y varios fueron detenidos el martes, después de que los soldados israelíes dispararon granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos a los fieles palestinos dentro de la mezquita.
El pasado lunes, más de 200 soldados israelíes irrumpieron en la mezquita de Al-Aqsa, y atacaron a los palestinos.
Mientras tanto, el Coordinador Especial de la ONU para el Proceso de Paz en el Oriente Medio, Nikolay Mladenov, expresó este martes su gran preocupación por la violencia y los enfrentamientos dentro y alrededor de la Mezquita al-Aqsa.
Israel ha impuesto amplias restricciones en la entrada del complejo de la Mezquita al-Aqsa desde el 26 de agosto.
Mladenov instó a todos los políticos, líderes comunitarios y religiosos para que los visitantes y fieles demostraran respeto por la santidad de la zona.
El complejo de Al-Aqsa, que se encuentra en la ciudad vieja ocupada por Israel de Al-Quds, es un sitio sagrado islámico y muy respetado por los Judios y cristianos.
La mezquita de Al-Aqsa es el tercer sitio más sagrado del Islam después de Masjid al-Haram en La Meca y Masjid al-Nabawi en Medina, Arabia Saudí.
El régimen de Tel Aviv ha tratado de cambiar la composición demográfica de Al-Quds, durante las últimas décadas, mediante la construcción de asentamientos ilegales, la destrucción de los sitios históricos y la expulsión de la población palestina local.