1- La experiencia negativa de Rusia en los levantamientos y revoluciones populares: A pesar de que la antigua Unión Soviética se caracterizaba por su apoyo a todos los levantamientos populares y revoluciones en el mundo entero, la política exterior de Rusia, por sus malas experiencias, no secunda tales acontecimientos.
Además, el Kremlin considera la falta de estabilidad política y seguridad una amenaza para este país, por eso Rusia no interviene en los levantamientos populares que se registran en el mundo.
A simple vista, Rusia parece haber adoptado en los últimos años una postura algo conservadora en relación con los acontecimientos que se desarrollan en Oriente Medio. Esto se debe a que los intereses nacionales de Moscú, a diferencia de otros estados extranjeros, en particular los occidentales, requieren de una región estable. Pero eso no significa que a Moscú no le importen las vicisitudes regionales, así como las del norte de África.
2- Las revoluciones buscan la desintegración política en los países: De acuerdo con Rusia, los levantamientos y protestas que han sido titulados como revoluciones populares tienen como objetivo dividir a los países de la región y así preparar el terreno para la ejecución del proyecto de Estados Unidos, denominado un nuevo Medio Oriente.
Esta política de EEUU busca dividir a los países en unos países más pequeños, según Moscú, estos acontecimientos tratan de allanar el camino para aplicar el proyecto del país norteamericano.
La estrategia de EEUU es generar disturbios e inseguridad en estos países con el fin de beneficiar sus intereses para que los Estados regionales no puedan determinar ni tomar las riendas de su propio destino y así sean dependientes del país norteamericano.
Debido a las políticas secesionistas de los países occidentales que solo buscan provocar tensiones y disturbios en los países de la región, Rusia está en contra de las revoluciones y divisiones en los países árabes.
2- La incertidumbre del futuro político de estos países: Los rusos creen que las revoluciones y levantamientos populares en el mundo árabe, traerá muchos cambios en la región. Por su parte, Asia occidental y África del Norte en las próximas décadas cambiarán en una forma definitiva.
Actualmente se desconoce el futuro de estos países, pues no está claro quién asumirá el poder y qué pensamientos tendrá, ni se sabe a dónde arribará la transición política en estos países en un futuro cercano.
Además, debemos tener en cuenta que los acontecimientos revolucionarios en Medio Oriente cambiarán la forma y la naturaleza de las relaciones entre estos países y las potencias.
4- El miedo de que se extienda el pensamiento takfirí: Uno de los principales obstáculos y amenazas que enfrenta Rusia para aceptar los levantamientos populares y revoluciones es que Moscú tiene miedo de que las ideas de los grupos extremistas se extiendan entre los árabes y musulmanes en Rusia, en particular entre los residentes del Cáucaso del Norte, porque los rusos creen que los acontecimientos que se están registrando en el mundo árabe están estrechamente vinculados con el aumento del poder de los grupos takfiríes del Cáucaso del Norte, que es una de las zonas más inestables de Rusia y eso representa un peligro para seguridad del país.