Alwaght- En las noticias y prensas de América Latina y casi en todo el mundo, se ha escuchado mucho del viaje y visita del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, al estado de Cúcuta, fronteriza con Venezuela, que se ha afectado por el cierre de la frontera común por parte del gobierno venezolano. El presidente colombiano, ha viajado esta semana al cero fronterizo con Venezuela en el este del país y este sábado otra vez, viajó a esta zona para, según dijo, verificar que se cumpla la atención a los colombianos que han sido deportados de Venezuela.
Santos recorrió uno de los ocho albergues acondicionados en la zona, donde se aloja un total de 2.333 personas como un gesto humanitario y por supuesto calmar las vocees criticas de la oposición, encabezada por el expresidente, Álvaro Uribe, que le exige más contundencia y represalia ante las medidas aplicadas del gobierno venezolano.
Santos decía casi a cada deportado que ustedes son colombianos. Siempre serán bienvenidos en Colombia. Repetía el presidente a todos los damnificados que saludaba.
La administración de Santos ya se ha ido más allá de estas ayudas, que en su lugar, son oportunas y necesarias, y criticó la política del gobierno venezolano para cerrar la frontera con Colombia y denunció maltrato de los militares venezolanos en el momento de deportar a los ciudadanos colombianos.
Sin embargo, parce que el presidente Santos se ha olvidado la base y el origen de este conflicto que retorna a la década noventa y primera del siglo veintiuno, cuando el padre del paramilitarismo colombiano, Uribe, alentó esta herramienta de guerra civil en Colombia que ha afectado toda la región, sobre todo al país vecino, Venezuela.
Hasta un año que el gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, está denunciando la existencia de los paramilitares colombianos en su frontera de casi más de 2000 mil kilómetros y también el contrabando de los productos y alimentos básicos del pueblo venezolano. A las denuncias de Caracas, hay que añadir las de la Unión de las Naciones Suramericanas, UNASUR, y su secretario general, Ernesto Samper, quien es de nacionalidad colombiana.
Este viernes, el presidente venezolano reiteró su disposición para un dialogo bilaterales entre dos mandatarios del país vecino a fin de tratar el conflicto fronterizo, la petición que como las anteriores fue desoída por Santos.
Para conocer lo que se estaba robando del pueblo venezolano en la frontera con Colombia por parte de los contrabandistas y la situación insegura que ha causado el paramilitarismo se les presenta algunas cifras al respecto:
Las políticas de subsidio y de control de precios que tiene Venezuela permitieron no solo llevar los alimentos a todos los sectores de la población sino mejorar sus niveles nutricionales.
Mientras que al otro lado de la frontera no es así, el precio de los productos lo fija el mercado, y existe una diferencia enorme en algunos de los productos esenciales. Esta situación ha dado una oportunidad a los contrabandistas a comprar los alimentos básicos en Venezuela y venderlos en Colombia con un precio más alto. Por ejemplo, en Venezuela, un kilo de leche en polvo cuesta 70 Bolívares y se vende en Colombia por un equivalente de entre 450 y mil Bolívares, un kilo de arroz de 25 Bolívares allá se vende por 95 Bolívares.
El precio es más alto cuando se refiere al oro negro. La más barata gasolina del mundo la tiene Venezuela mientras que en Colombia es de las más caras del planeta. Mientras los venezolanos pagan 7,76 Bolívares por llenar un tanque de 80 litros, en Colombia equivale a más de 2.100 Bolívares.
El Gobierno venezolano denunció en agosto de 2014 que 45 mil barriles de gasolina diarios se fugaban hacia Colombia y 100 mil hacia el Caribe, lo que totaliza 145 mil barriles diarios, el equivalente a la mitad del consumo nacional de gasolina en Venezuela.
Caracas pidió a Bogotá a proyectar un plan conjunto para luchar este delito que ha afectado a venezolanos, mientras una guerra económica también les saca la sangre, pero todavía no ha recibido ninguna respuesta solida de la parte colombiana.
Por otra parte, Caracas ha denunciado el vínculo entre los paramilitares colombianos con la inseguridad y el aumento de los asesinatos y violencia en su país.
Sin embargo, Santos quiere sentarse con los brazos cruzados y hacer nada y solo busca un show político en esta escena. Pero Maduro está muy decidido para confrontar esta situación y es por eso ha entrado en el tema y busca solucionarlo.