Además, los buques de guerra de Estados Unidos han impuesto un bloqueo naval sobre Yemen en el Golfo de Adén y el sur de Mar de Arabia.
Los funcionarios estadounidenses insisten en que este cordón de mar impide el envío de armas para los combatientes del movimiento popular yemení Ansarolá.
Sin embargo, los grupos de derechos humanos alertan que el bloqueo ha impedido la importación de productos de primera necesidad como alimentos y combustible a la empobrecida nación.
Mientras tanto, la situación humanitaria se ha vuelto catastrófica en Yemen, pues muchas organizaciones internacionales de asistencia humanitaria buscan un paso seguro en el país árabe para abastecer los suministros médicos y humanitarios a las personas más afectadas.
La Amnistía Internacional ha presentado un duro informe sobre las zonas pobladas sin objetivos militares, las que se han convertido en blancos de los ataques aéreos de los aviones de guerra saudíes.
Por otra parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, en inglés) anunció en un informe, titulado "La Infancia Amenazada", que al menos 400 niños murieron y cerca de 600 sufrieron heridas, desde cuando Arabia Saudí lanzó una campaña militar contra Yemen.
La ONU indica que el conflicto en Yemen ha cobrado la vida de más de 4.000 personas, casi la mitad de ellos civiles, desde finales de marzo. Fuentes yemeníes locales, sin embargo, alegan que la cifra de muertos es mucho mayor.