Alwaght- Si bien, las tropas lideradas por Arabia Saudí se han hecho con el control de algunas zonas en el sur de Yemen, los líderes de Ansarolá y los expertos, restando importancia a tales avances, anunciaron el retiro de las fuerzas revolucionarias y populares yemeníes de la región sureña por razones estratégicas con el fin de infligir golpes mortales a los grupos invasores.
Durante las últimas semanas, las fuerzas opositoras al movimiento popular de Ansarolá que conforman un variado espectro, entre ellos el llamado grupo separatista “Resistencia del Sur”, el grupo terrorista Al-Qaeda y los elementos leales al expresidente Yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, con el apoyo financiero y militar del régimen de Al Saud y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), han logrado tomar el control de la parte sureña de Yemen, incluida la ciudad de Adén. A pesar de las alegaciones de los medios patrocinados por Riad, según los cuales, los avances de las fuerzas opositoras a Ansarolá en esta región eran frutos de la capacidad militar saudí, la realidad palpable, así como las afirmaciones de las autoridades de Ansarolá y expertos en la materia, indican que dichos avances no se deben al poderío castrense de Arabia Saudí sino a la decisión táctica de Ansarolá de retirar sus fuerzas de esta zona.
Los diferentes grupos que están luchando contra Ansarolá no están unidos y, cada uno, con motivos diversos ha entrado en el campo de batalla contra el movimiento popular yemení. Así, el grupo denominado “Resistencia del Sur” de tendencias separatistas y del que se dice no tiene motivo alguno para desplegar sus fuerzas en el norte de Yemen; Al-Qaeda busca dominar diferentes partes del país árabe, y los llamados elementos leales al exmandatario yemení están luchando contra las fuerzas de Ansarolá por motivos materiales. Por lo tanto, con la salida de las fuerzas de Ansarolá de las regiones sureñas de Yemen, estos grupos han perdido el principal motivo que los aliaba, de ahí que los analistas prevean el surgimiento de fuertes discrepancias entre estos grupos.
Además, parece que entre Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), que desempeñan un papel directo en los acontecimientos en el sur de Yemen en la búsqueda de sus propios objetivos, existen discrepancias. Recientemente, la agencia yemení de noticias Akhbar al-Saah citando a fuentes informadas ha hecho referencia a las críticas de los EAU hacia Al Saud por haber elegido el gobernador de la ciudad de Taiz, en el suroeste de Yemen. Escribió al respecto: “ Jaled Bahah (el dimitido primer ministro yemení), después de su último viaje a los EAU, llegó a un acuerdo con los funcionarios de Dubái para centrarse en las provincias sureñas de Yemen obviando la ciudad de Taiz, en Ibb y otras zonas en el norte de este país. Mientras, las autoridades de Arabia Saudí tienen una opinión contraria a los EAU”. Últimamente, la agencia árabe de noticias Alwaie News, en un documento citado por Mohammes bin Zayed bin Sultan Al Nahyan, ha reiterado que “durante los últimos 250 años, los EAU han librado guerras contra Arabia Saudí en 57 ocasiones. Los saudíes no son nuestros queridos amigos pero los necesitamos para llegar a un acuerdo”.
Por otro lado, la retirada de las fuerzas de Ansarolá de las ciudades sureñas de Yemen causará que el grupo terrorista Al-Qaeda llene el vacío del poder en esta parte del país árabe, similar a lo que ha ocurrido en la ciudad de Zanzibar, la capital de la provincia meridional de Abyan, donde el líder de Al-Qaeda, Yalal Balavi, y sus seguidores lograron tomar el control de esta urbe. Ansarolá, siempre había advertido del desarrollo de los avances de Al-Qaeda en el sur de Yemen y había declarado que su principal motivo para desplegar fuerzas en esta parte del país árabe era luchar contra los elementos de esta banda terrorista. Pues, este último acontecimiento, dará más credibilidad a las afirmaciones de Ansarolá.
No obstante, es posible que una de las razones imperantes para la retirada de las fuerzas de Ansarolá tenga relación con la situación geográfica y demografía del sur de Yemen. Por un lado, las regiones sureñas no son lugares adecuados para librar una guerra de guerrilla y, por otro, la mayoría de los residentes en esta zona son suníes que no tienen mucha intención de cooperar con Ansarolá; mientras que, contrario al sur de Yemen, el norte del país árabe tiene un paisaje montañoso e intransitable y en esta zona Ansarolá goza de una base popular. Por las razones ya mencionadas, los analistas creen que las fuerzas lideradas por Riad no son capaces de lograr avances en el norte de Yemen.
A juicio de Bruce Riedel, exoficial de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU (CIA) y actual analista del instituto Brookings, en el sur de Yemen nunca ha existido una base de los huthíes ni de los afiliados del expresidente Ali Abdolá Saleh, pero sí, hacía el norte están cerca sus bases y cuentan con un apoyo masivo para llevar a los saudíes a un laberinto sin salida. El pasado domigo, Saleh al-Samad, jefe del consejo político de Ansarolá además de asegurar que le esperan días oscuros a Arabía Saudí, aseveró que Ansarolá ha cambiado sus tácticas y estrategias con el fin de aumentar su poder ofensivo e infligir severos golpes a los saudíes. Pues, parece que las autoridades de Ansarolá tienen como objetivo utilizar el norte como cebo para atraer a los invasores y ahí darles fuertes golpes a través de una guerra de guerrillas, ofensiva en la que las fuerzas de Ansarolá tienen mucha experiencia.