Alwaght- Hace poco, el diario panárabe Al-Hayat informó que las altas autoridades de Arabia Saudí creen que el destino del presidente sirio, Bashar al-Asad, está vinculado con el proceso político en Siria e insisten en el fin del apoyo de Irán y el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) al Gobierno sirio como una condición para dejar de respaldar a los grupos armados y, así, se allane el camino para la celebración de diálogos sirios-sirios y la convocación de elecciones presidenciales y parlamentarias bajo la supervisión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El pasado 7 de julio, el jefe del Servicio de Seguridad Nacional de Siria, el general Ali Mamluk, se reunió con las autoridades saudíes en Riad, la capital saudí. Esta reunión se produjo 20 días después del encuentro entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el ministro de Defensa de Arabia Saudí y también segundo príncipe heredero, Mohamad bin Salman, en la ciudad rusa de San Petersburgo.
Según las fuentes, en esta reunión sirio-saudí, ambas partes consideraron sus diferencias. Por ejemplo, el general Ali Mamluk preguntó al ministro de Defensa saudí sobre las razones de la alianza de Arabia Saudí con Catar, y Mohamad bin Salman declaró que la raíz del problema de Arabia Saudí con Siria es la alianza de este país árabe con Irán. Durante esta reunión, el general sirio acusó a Arabia
Saudí de destruir Siria, brindar apoyo financiero a los terroristas e incitar a la deserción a los soldados sirios.
Un análisis de estas declaraciones muestra que Arabia Saudí intenta moderar su política hacia Siria y desarrollar sus relaciones diplomáticas con este país árabe. Este asunto, desvela a su vez que ha fracasado la política militar de los saudíes durante los últimos 3 años para derrocar al Gobierno de Bashar al-Asad.
De hecho, tras no lograr convencer a Estados Unidos y a Rusia para unirse a sus planes encaminados a derrocar el Gobierno sirio, Arabia Saudí trató de aumentar su apoyo a los grupos armados takfiríes y el llamado Ejército Libre Sirio (ELS) a fin de blindar el frente opositor en Siria. Además, mediante una política activa a nivel regional logró hacerse con el respaldo de algunos otros países regionales como Catar y Turquía.
Si Bashar al-Asad deja el poder, ¿cómo será el futuro de Siria, un país importante en la región? En esta situación, el escenario más probable es que el poder recaiga sobre los grupos terroristas, como EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra, formados por los poderes regionales e internacionales para fortalecer los opositores del Gobierno sirio. Empero, el fortalecimiento de los grupos terroristas en la situación crítica de Siria causó que incluso los opositores se sintieran amenazados por estas bandas. Por lo tanto, los opositores hablaron de la necesidad de mantener a Al-Asad en el poder hasta preparar el terreno para la formación de un gobierno de transición.
Parece que la ausencia de un grupo fuerte reconocido internacionalmente que se convierta en una alternativa para el Gobierno de Al-Asad, así como la presencia Daesh y otros grupos paramilitares que ahora amenazan incluso a sus propios patrocinadores, han causado el giro político de Arabia Saudí hacia Siria. Sin embargo, las condiciones planteadas por el régimen de Al Saud prevén que Arabia Saudí no apoyará la permanencia de Al-Asad en el poder y el restablecimiento de la paz y seguridad en Siria hasta que las potencias como Estados Unidos y Rusia no le den las garantías de que Irán reducirá su influencia sobre Siria.