Por su parte, el recién nombrado comandante de las Fuerzas Aeroespaciales, Victor Bondarev, afirmó que la nueva fuerza combinará las tareas de defensa antimisiles y antiaéreas con las labores de alerta temprana y será responsable de la vigilancia del espacio.
En diciembre de 2011 se creó la Fuerza de Defensa Aeroespacial de Rusia. En diciembre de 2014, el presidente ruso Vladimir Putin ordenó la puesta en marcha de la Fuerza Aeroespacial para mediados de 2015.
Respuesta adecuada
La creación de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia es una reacción directa a las provocaciones de Estados Unidos y La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que mediante la instalación de un escudo antimisiles en Europa, busca limitar las capacidades de misiles balísticos intercontinentales rusos.
La discusión sobre el despliegue del escudo antimisiles de EEUU en Europa del Este coincide con uno de los peores momentos históricos en las relaciones entre Rusia y Occidente, sin precedentes desde la Guerra Fría, de tal manera que se ha convertido en una prioridad en las políticas defensivas de Moscú.
El escudo antimisiles de EEUU en Europa siempre ha sido un punto de fricción entre Moscú y Washington. Rusia considera este programa como una amenaza, pues a su juicio, supone un riesgo para la seguridad nacional, por lo que exige a EE.UU. garantías de que estos misiles no se dirigirán hacia su territorio.
Washington afirma que el escudo antimisiles no va dirigido en contra de Rusia, sino que obedece a la necesidad de protegerse contra posibles lanzamientos de misiles procedentes de países como Irán. Sin embargo, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha subrayado que la resolución sobre el programa nuclear iraní invalida estos argumentos.
Ante esta situación, Moscú ha puesto en marcha un ambicioso plan de rearme dotado de un presupuesto de unos 700.000 millones de dólares hasta el año 2020 que prevé adquirir prioritariamente submarinos nucleares, aviación estratégica y misiles intercontinentales.
Medidas antimisiles de Moscú
La nueva Fuerza de Defensa Aeroespacial tiene como objetivo contrarrestar ataques con misiles estratégicos, por lo que, en los últimos años, Rusia ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de sistemas antimisiles. El desarrollo de ojivas guiadas para misiles estratégicos, iniciado antes de la desaparición de la Unión Soviética, continuó en la década de 2000, siendo ensayadas en los misiles estratégicos (como portadores) K65M-R y Tópol-E, así como en otros misiles, de manera que Rusia ya dispone de ojivas de este tipo que han sido probadas.
La recuperación del poder político y económico por el aumento del precio global de energía, las políticas agresivas de EEUU en la época de George W. Bush, y el plan de despliegue de un escudo antimisiles en el este de Europa llevaron al Gobierno ruso a tomar medidas cautelares, entre ellas, la creación de una nueva generación de sistemas antimisiles.
El sistema antiaéreo ruso S-400 Triumf, que cuenta con un alcance de 600 kilómetros, ha entrado en servicio en el Ejército ruso. Las capacidades del nuevo sistema permiten detectar objetivos aéreos a distancias de más de 600 kilómetros y superan en eficacia de combate a los sistemas antiaéreos extranjeros. Dichos sistemas han reemplazado a los S-300, los cuales han defendido la frontera oriental de Rusia durante los últimos 25 años. Además de un amplio rango de alcance en distancia y altura, el nuevo sistema de misiles antiaéreos autopropulsado S-400 Triumf es capaz de alcanzar blancos en movimiento a velocidades de hasta 4500 metros por segundo.
En el año 2009, el entonces comandante de la Fuerza Aérea rusa, general Alexandr Zelin, informó que el Ejército ruso se iba dotar en los próximos años del novísimo sistema de misiles antiaéreos S-500. El alcance aumentará entre 150 y 200 kilómetros y el nuevo sistema será capaz de abatir hasta 10 objetivos (S-400 puede destruir seis).
Otras medidas tomadas
Entre otras medidas de Moscú para hacer frente a las provocaciones del Occidente, se puede mencionar el despliegue de sistemas de misiles tácticos Iskander M en la provincia de Kaliningrado (cerca de la frontera de Polonia), lo que parece ser una respuesta ante los planes del Pentágono de enviar armamento pesado a Europa del Este. Estos misiles, sobre todo si están dotados de ojivas nucleares tácticas, neutralizarán a los sistemas antimisiles que serán desplegados en el 2018 en Polonia.
La vecina Polonia es uno de los emplazamientos de los componentes del escudo antimisiles, en concreto interceptores de misiles.
Ante las insistencias del país norteamericano en el despliegue del escudo antimisiles en Europa del Este, Rusia ha amenazado seriamente con retirarse del tratado START II de reducción de armas estratégicas, que fue firmado en 1993 por el entonces mandatario ruso Borís Yeltsin y su homólogo estadounidense George Bush 'padre'.
Hace poco, el canciller de Rusia, Serguei Lavrov, exigió a Washington que cumpliera con su promesa de desmantelar el escudo antimisiles de la OTAN en Europa tras la conclusión de los diálogos Irán-G5+1, haciendo alusión a lo que dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, en el 2009, que un escudo antimisiles en Europa sería innecesario si "se resuelve el caso nuclear iraní”.
A modo de respuesta, un oficial del Departamento de Estado de EE.UU. dijo que la conclusión exitosa del caso nuclear de Irán no elimina la necesidad de un sistema de defensa de misiles.