Alwaght- Las fuerzas kurdas de Siria, conocidas como las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG, por sus siglas en kurdo), son las principales víctimas del acuerdo pactado entre Washington y Ankara, que tiene como objetivo crear una zona de exclusión en el norte de Siria. La medida debilitará la presencia de los kurdos que han conseguido numerosas victorias en sus enfrentamientos contra el grupo terrorista Daesh.
Después de que las fuerzas kurdo-sirias, el brazo armado del Partido de la Unión Democrática, consiguieran el 16 de junio recuperar Tel Abyad, la ciudad norteña de siria fronteriza con Turquía) de manos de Daesh, los estadounidenses y turcos adoptaron posturas diferentes. Mientras que esta victoria se interpretaba como una amenaza para Ankara, los estadounidenses calificaban a las YPG como la fuerza "más eficaz y fiable" sobre la tierra para afrontar al grupo terrorista.
Aunque el éxito kurdo debería haber sido saludado por quienes están horrorizados con este grupo terrorista genocida, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, juró que impedirá el establecimiento de un Estado kurdo en la región. "Me dirijo al mundo entero, jamás permitiremos la formación de un Estado en el norte de Siria, al sur de nuestra frontera", afirmó el presidente turco.
Estas diferencias en las posturas estratégicas de Washington y Ankara hicieron más complicadas las negociaciones semiconfidenciales que iban desarrollándose entre estos dos Estados teniendo como eje principal la crisis siria. Los turcos exigían que la coalición anti-Daesh desempeñara un papel en la lucha contra el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, no obstante, los norteamericanos se oponían a esta demanda e insistían en la necesidad de centrar los ataques solamente contra las posiciones de la banda terrorista.
Sin embargo, las recientes correrías aéreas de la aviación turca contra las posiciones del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, en kurdo) y Daesh, así como el uso de la aviación estadounidense de la base aérea de Incirlik, en el sur de Turquía, para llevar a cabo operaciones contra el grupo terrorista Daesh, muestran que Washington y Ankara han tomado distancia de las discrepancias y han acercado sus posturas.
En virtud de este acuerdo, Washington reconoce el derecho de Ankara a atacar las posiciones del PKK a cambio de contar con la autorización de desplegar aviones de combate tripulados y no tripulados en la base turca de Incirlik, desde donde realiza operaciones contra blancos de la banda terrorista.
Sin revelar más información, ambas partes han llegado a un consenso sobre los detalles para crear una "zona segura", libre de combatientes del grupo terrorista Daesh, en la frontera entre Turquía y el noroeste sirio.
El acuerdo, conforme a funcionarios de ambos Estados, autoriza llevar ataques aéreos que cubren una zona de más de 100 kilómetros de frontera turco-siria y de 65 kilómetros hacia el interior del país árabe. La "zona segura", se extendería por el norte de la provincia de Alepo, entre las localidades de Azaz y Jarabulus, una región controlada en su mayor parte por Daesh que se la disputa a fuerzas kurdas y grupos rebeldes.
A través de este acuerdo, Ankara sigue distintos objetivos, entre ellos:
• Despejar la amenaza del terrorismo y expulsar a los elementos de grupos radicales de su territorio, olvidando que una gran parte de los efectivos extremistas se infiltraron a Siria desde territorio turco.
• Impedir la formación de un Estado unido de kurdos en las zonas fronterizas de Turquía.
• Instaurar la seguridad de la "zona libre" con la aplicación de aviones de guerra y armamentos.
• Crear una zona para albergar a los civiles sirios que viven como refugiados dentro del territorio turco.
• Trasladar a la "zona libre" el Gabinete formado por opositores de Damasco, que cuenta con el apoyo del Ejército turco.
Todavía, no se sabe si Turquía tiene la eficiente potencia para cumplir con sus objetivos, pero lo evidente es que los kurdos de Siria son las principales víctimas de este acuerdo, pues sus victorias en la lucha contra el grupo terrorista durante los últimos meses han reforzado la posición kurda en la región, mostrando una imagen fiable de esa minoría.