Alwaght- Tras algunas intervenciones militares limitadas en las regiones fronterizas de Siria durante los últimos meses, Turquía comenzó el pasado 24 de julio masivas ofensivas contra Alepo (noroeste de Siria), algunas zonas norteñas de Irak, y unos días después contra la ciudad siria de Kobani so pretexto de “luchar contra los terroristas takfiríes”. Al mismo tiempo, el Gobierno de Ankara ha lanzado una masiva operación en todo el territorio turco “para arrestar los presuntos miembros del grupo terrorista EIIL y del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, en kurdo)”.
Según las últimas cifras oficiales, hasta el momento más de 1000 personas han sido detenidas. En este momento, por un lado los cazabombarderos turcos están llevando a cabo bombardeos en el norte de Siria e Irak y por otro, las fuerzas de seguridad turcas están realizando operaciones dentro del territorio turco contra quienes Ankara acusa de terrorismo.
Antes de los nuevos acontecimientos, Turquía era objeto de duras críticas incluso por parte de las autoridades y medios de comunicación estadounidenses por brindar apoyos a los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe). En octubre de 2014, el vicepresidente estadunidense, Joe Biden, declaró durante un discurso en la Universidad de Harvard que “lamentablemente algunos de nuestros aliados en la región, incluida Turquía, son responsables del surgimiento de Daesh”. Biden también denunció que Turquía permite el libre paso de los terroristas por su territorio para llegar a Siria.
La detención de 1000 personas en solo unos días pone de manifiesto que la poderosa Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT, por sus siglas en turco) conocía muy bien sus centros de concentración, pero no ha lanzado hasta el momento ninguna operación en su contra.
Ahora surge esta importante pregunta: ¿Turquía realmente ha decidido cambiar su postura y luchar contra Daesh? Si la respuesta es positiva, ¿qué puede ser la causa de este cambio de postura? Y si es negativa, ¿Cuáles son los objetivos del presidente turco Recep Tayyip Erdogan en su nuevo juego?
A. La primera hipótesis dice que el Gobierno turco ha cambiado su actitud y ha decidido combatir a los terroristas takfiríes:
1. Si aceptamos esta idea, tenemos que decir que el grupo terrorista EIIL, que fue creado y reforzado por algunos países para debilitar la resistencia regional liderada por Irán, ha pasado los límites y con innumerables crímenes de lesa humanidad no tiene buena fama en ningún lado del mundo. Por otra parte, esta organización terrorista ha apuntado sus armas contra sus propios patrocinadores y ha causado tragedias como los atentados en Francia y el reciente ataque contra el Centro Cultural de Amara en la ciudad de Suruç, al sur de Turquía.
Entre tanto, parece que tras el fracaso de Daesh en materializar los objetivos de sus dueños en la región, el Gobierno turco ha decidido luchar contra esta banda para restaurar su reputación y su popularidad perdida por apoyo al terrorismo y prevenir atentados como el ocurrido en Suruç.
2. En las últimas elecciones legislativas en Turquía, el gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP, por sus siglas en turco) no logró conseguir la mayoría absoluta, por lo que Erdogan ya tiene solo dos opciones: formar un gobierno de coalición con otros partidos, lo que no es apropiado para las políticas totalitarias y expansionistas del presidente turco o la repetición de las elecciones. Las últimas encuestan muestran que en caso de la celebración de unos nuevos comicios, el partido AKP volverá a fracasar en alcanzar la mayoría absoluta. En estas circunstancias, Erdogan puede aprovechar los sentimientos nacionalistas de los ciudadanos turcos tras un ataque terrorista del EIIL y una masiva operación antiterrorista para aumentar su popularidad y por otra parte reprimir a los kurdos de Turquía y el PKK.
B. Algunos creen que no existe ningún cambio de postura en las políticas del Gobierno turco respecto a los grupos takfiríes, ya que Ankara todavía necesita a estos terroristas para promover sus planes:
Para Turquía, Daesh es un buen pretexto para la represión de los miembros del PKK y lanzar una intervención militar en Siria. Entretanto, Estados Unidos aceptó la iniciativa turca para crear ‘una zona libre del EIIL’ y de exclusión aérea en el norte de Siria a cambio de un acuerdo con Turquía que le permita usar la base aérea Incirlink, en el sur del territorio turco, para realizar operaciones aéreas en Siria. Los ataques de Turquía en Siria no buscan erradicar el EIIL, sino que solo tratan de eliminar una parte de este grupo terrorista que se encuentran cerca de las fronteras turcas y suponen una amenaza contra la seguridad del país euroasiático.
Erdogan sueña con la debilitación de “la resistencia regional” y “los movimientos kurdos”. Para alcanzar estos objetivos el mandatario turco ha llevado a su país a una guerra difícil de acabar con el apoyo de Estados Unidos. Turquía está entrando en una situación crítica que Arabia Saudí enfrenta desde hace cuatro meses con la agresión militar contra Yemen. El régimen de Al Saud también busca poner fin a los movimientos de resistencia en su vecino sureño, inspirados en la Revolución Islámica de Irán. Durante estos días, varios medios han informado de que los saudíes están en busca de una vía para acabar con la guerra en Yemen. El Gobierno turco también llegará tarde o temprano a este punto. En realidad, se puede decir que tanto Arabia Saudí como Turquía han sido víctimas de las conspiraciones estadounidenses.