La tragedia de Suruç tuvo lugar en el jardín del Centro cultural Amara, donde al menos 200 activistas, en su mayoría integrantes de organizaciones de la izquierda turca, se habían reunido para mostrar su descontento ante las políticas de Ankara respecto a la crisis de Siria. Un video difundido en Internet por la agencia local Hürriyet muestra un fuerte estallido en medio la multitud reunida de la que sobresale una pancarta, mientras se escucha a gritos el lema: "Viva Kobani".
A pesar de que el Gobierno de Ankara ha reiterado en varias ocasiones que no mantiene colaboración alguna con el grupo terrorista Daesh al que no considera una amenaza potencial para Turquía, la reciente explosión ha vuelto a levantar las suspicacias contra el Gobierno turco.
Ante esta situación, la capital turca de Estambul y la ciudad sureña de Mersin albergaron el lunes protestas antigubernamentales. Por su parte, las fuerzas de seguridad cargaron contra los cientos de manifestantes con gases lacrimógenos y cañones de agua. Más conflictos fueron registrados entre otros puntos del país entre los manifestantes kurdos y fuerzas antidisturbios.
Turquía y Daesh; tensas relaciones
La explosión en la ciudad de Suruç es el segundo atentado terrorista perpetrado por elementos terroristas desde el año 2013, cuando el estallido de un coche bomba en la ciudad de Reyhanli, sur de Turquía, provocó la muerte de 43 personas. Poco después estallaron los conflictos de Kobani, localidad kurda ocupada por los elementos del grupo terrorista de Daesh hasta el pasado 26 de enero. Los conflictos de Kobani fortalecieron la solidaridad entre los kurdos de Siria y Turquía, así que los ataques de Daesh contra Kobani llevaron a los kurdos de Turquía a acusar al Gobierno del presidente Recep Teyep Erdogan de escatimar sus ayudas al pueblo kurdo de Kobani.
Ante esta situación, los kurdos de Turquía se ofrecieron a viajar a Kobani para luchar contra la banda terrorista, pero esta propuesta fue rechazada por el Gobierno de Ankara. Mientras Ankara expresaba su oposición a la solicitud de los kurdos, paralelamente, numerosos informes indicaban la entrada de miles de milicianos desde el territorio turco a la ciudad siria de Kobani. Tales condiciones llevaron a los detractores de Erdogan a acusar al Gobierno de Ankara de no dar importancia al caso.
Por otra parte, el Gobierno de Washington y otros aliados occidentales de Turquía exigieron a Ankara reforzar las medidas de seguridad a lo largo de las fronteras que comparte con Siria. Como consecuencia de estas presiones, tanto internas como externas, el Gobierno de Ankara ha cambiado su enfoque respecto al grupo terrorista. A continuación estudiamos varias medidas tomadas por Ankara:
En el marco de una serie de operaciones, llevadas a cabo durante las últimas semanas, ha detenido dentro del territorio turco a individuos sospechosos de pertenecer a Daesh.
Las autoridades turcas han bloqueado varios sitios Web informativos de los extremistas, una medida que no sentó bien a los partidarios de estos grupos, quienes han amenazado a Ankara con tomar medidas de represalia.
Al parecer, el cambio de enfoque de Ankara se debe a varias razones:
En primer lugar, el Gobierno del presidente Erdogan y el gobernante partido de la Justicia y el Desarrollo se han dado cuenta de que la pérdida de la mayoría absoluta en las últimas elecciones legislativas se debe principalmente a sus políticas en el ámbito internacional, en concreto, en lo referente a Siria.
En segundo lugar, los partidos opositores turcos vienen acusando a Ankara de apoyar a grupos terroristas como Daesh, lo que ha provocado en los últimos días manifestaciones antigubernamentales.
En tercer lugar, los kurdos cuentan con más poder después de que pudieron conseguir un 13 % de los votos que se tradujo en más escaños en el Parlamento del país, lo que les permite participar en la toma de decisiones políticas.
Finalmente, los turcos ya están más informados respecto a las actividades de Daesh, lo que ha derivado en el aumento de su odio hacia la banda terrorista.
Se divisa la falta de seguridad en Turquía
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ha rechazado todas las acusaciones que apuntan al Gobierno de Ankara de apoyar implícitamente a Daesh y de ser cómplice con este grupo en el reciente atentado en la ciudad de Suruç.
A pesar de que el presidente Erdogan expresó sus condolencias y condenó el atentado terrorista, la opinión pública sigue formulándose preguntas. Por una parte, las autoridades de Ankara no pueden atribuir con seguridad el atentado al grupo de Daesh y, por otra, lo consideran una conspiración para socavar la seguridad del país.
A juicio del líder del Partido Democrático del Pueblo (HDP) de Turquía, Figen Yuksekdag, el servicio de inteligencia de Turquía (MIT) está al tanto de todos los movimientos y medidas de los opositores, y todas las manifestaciones dentro del país se llevan a cabo con el permiso del gobierno, así que no debemos ir muy lejos para encontrar el responsable de los últimos atentados terrorista dentro del país.
Sin duda alguna, afirmó Yuksekdag, Daesh es el principal responsable del atentado de Suruç, pero no debemos olvidar que esta banda terrorista, con el apoyo de Ankara, está utilizando el territorio turco.
La mayoría de los opositores del Gobierno se refieren a las declaraciones de Davutoglu, pronunciadas en agosto del año pasado, cuando calificó de importante la presencia de árabes suníes y turkmanos dentro del cuerpo de Daesh.
Aunque Ankara justifica su apoyo a los grupos terroristas, catalogándolos de formaciones de milicianos moderados, la mayoría del pueblo turco los considera terroristas y cree que no se debe distinguir entre radicales y no.
De todas formas, la falta de estabilidad política, la ausencia del nuevo gobierno y las acusaciones correspondientes a una colaboración entre Ankara y Daesh, han dejado al Gobierno turco en una mala situación, de la cual no sabe cómo salir.
Las incógnitas no resueltas dejan dudas sobre el papel de Daesh y del Gobierno de Ankara respecto al atentado de Suruç, lo que se podría convertirse en una explosión política en Turquía.