1) La crisis de Grecia, como los otros países miembros de la UE, es la “crisis de la deuda”. Según la propuesta de la troika europea, Grecia, para pagar su deuda a las potencias europeas, deba pedir préstamo a estos países bajo la condición de aplicar unas severas políticas de austeridad. Es decir, Atenas debe ahorrar suficiente dinero expulsando a los trabajadores y empleados, aumentando la edad de jubilación, eliminando los servicios públicos gratuitos, incrementando los impuestos etc. para que pueda recibir un préstamo de la UE. Pero, estas condiciones, durante los recientes años, solamente han aumentado la presión contra el pueblo griego y sus problemas económicos no se han resuelto.
En la actualidad, la deuda griega supera los 321 mil millones de euros y casi 70 por ciento de sus acreedores son las potencias europeas. El FMI prestó 32 mil millones de euros al país heleno, el BCE 27 mil millones, los países miembros de la zona euro 53 mil millones y el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FESF) 141 mil 800 millones. Los acreedores dieron un plazo de menos de 2 años a Grecia para que pague casi 40 mil millones de euros al BMC, FMI y otros bancos europeos. Pero, las autoridades griegas han anunciado varias veces que no tienen dinero para pagar sus deudas.
Antes de la celebración de este referéndum, casi ninguno de los acreedores europeos estaba dispuesto a renunciar a ninguna parte de sus demandas. Tanto el presidente de la Comisión Europea como el presidente del Consejo Europeo y la canciller alemana, Ángela Merkel, habían anunciado que las autoridades griegas nunca podrán deshacerse de sus deudas sin cooperar con la troika.
2. Entretanto los medios de comunicación occidentales han tratado de intimidar al pueblo griego ante lo que califican de las “horribles secuelas de la salida de la zona euro”. Por otra parte, las potencias europeas están conscientes de que la victoria de Tsipras en este referendo podría fortalecer su lucha política con la Unión Europea (UE) y convertirse en un modelo a seguir para los países del sur de Europa, que sufren las mismas condiciones en Grecia.
Los países como Italia, España y Portugal debido a la presencia de partidos izquierdistas y anti-austeridad están propensos a seguir los pasos de Grecia. Por consiguiente, podría aumentar el euroescepticismo en Europa, lo que a su vez causaría el colapso total de la eurozona.
3. Uno de los posibles escenarios para Grecia es la salida de la eurozona. En este caso, Atenas se verá obligada a recortar drásticamente los gastos públicos y acuñar una moneda nacional para pagar salarios de los empleados y trabajadores. Ante la posibilidad del incremento del euroescepticismo y el desmantelamiento de la UE tras la salida de Grecia de la eurozona, las potencias europeas cuyo poder económico depende de la moneda común europea podrían considerar ventajas especiales a Grecia para mantenerla en la zona. Sin embargo, tal medida pese a que es capaz de disuadir a los griegos de salir del bloque comunitario, podría dar motivo a otros países como Italia, España y Portugal a seguir las políticas de Grecia, es decir, la celebración de referéndums sobre las propuestas de los acreedores europeos y el rechazo a sus medidas para pagar sus deudas.
El diario estadounidense The New York Times hace referencia a las opciones sobre la mesa de Alemania, Francia e incluso otros países europeos: “Si ellos aceptan las demandas del Gobierno de Grecia, crearán un mal modelo para todos los países que se oponen a las políticas de austeridad de la Unión Europea y darán este mensaje a los votantes portugueses, españoles e italianos que si eligen a los partidos radicales llegarán a un mejor resultado. Esta medida dará luz verde a todos los países para tomar grandes préstamos y luego negarse a pagar sus deudas”.
4. El mejoramiento de las situaciones económicas en Grecia tras la salida de la zona euro sería actualmente la peor pesadilla de los líderes europeos. Los balances de un nuevo sondeo llevado a cabo en Italia demuestran que el porcentaje de los ciudadanos italianos a favor de la salida de la eurozona ha aumentado de un 26 %, a principios del año 2014, a unos 40,1 %.
Por otra parte, el acercamiento de Grecia a China, Rusia y los países latinoamericanos que han acogido con beneplácito el resultado del referéndum griego, junto con la voluntad revolucionaria del pueblo podría ayudar a la materialización de esta pesadilla.
En las circunstancias actuales, si la UE decide expulsar a Grecia de la zona euro abrirá la posibilidad del fortalecimiento del euroescepticismo en el continente y si decide mantener este país con ventajas especiales podría ayudar al surgimiento de “otras Grecias”. La mejor descripción para la situación actual en Europa es el “terremoto político” cuyas horribles réplicas todavía no se han producido.