Alwaght- A pesar de que ya ha pasado más de 50 años después del histórico discurso “yo tengo un sueño” de Martin Luther King, el líder del Movimiento por los derechos civiles en EEUU, todavía el racismo y tratamiento discriminatorio con las personas de color se considera un serio problema en el país norteamericano. El 28 de agosto de 1963, Martin Luther King pronunció un discurso, que duró 17 minutos, en una congregación de los defensores de la igualdad racial delante del monumento de Abraham Lincoln en Washington, DC. En este discurso famoso, Martin Luther King habló de su sueño y manifestó su esperanza de que un día pueda vivir en EEUU según sus ideales y ver materializada la igualdad racial en el país. Pero, según las encuestas, muchos de los negros estadounidenses sufren la discriminación racial y hasta ahora no se ha hecho realidad el sueño de Luther King.
De hecho, durante las últimas décadas, se ha incrementado la brecha económica y social entre los blancos y los negros en Estados Unidos, mientras cada vez más disminuyen las esperanzas para la eliminación de la discriminación racial bajo el mandato del presidente afroamericano de EEUU, Barack Obama. En otras palabras, actualmente, la discriminación racial ha provocado una de las más preocupantes brechas sociales en Estados Unidos que durante los últimos años ha desatado un gran número de manifestaciones antirracistas en varias ciudades del país.
Entretanto, esta discriminación racial se ha cristalizado en la brutalidad de la policía estadounidense contra los ciudadanos de color. Cada mes se publican varios videos impactantes de distintos casos de esta brutalidad policial en las redes sociales. Por su parte, los activistas sociales han declarado el 22 de octubre como el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación, en que se celebran varias ceremonias y manifestaciones.
La violencia policía hacia las minorías y ciudadanos de color ha causado grandes movimientos de protesta en la sociedad norteamericana en los últimos meses. Estos movimientos surgieron desde agosto de 2014, cuando un oficial de la policía blanco asesinó a balazos a un joven negro de 18 años llamado Michael Brown en Ferguson, en el estado de Missouri. Las protestas contra este asesinato se tornaron violentas, especialmente después de que una corte local decidiera no presentar cargos contra el agente de policía.
Por otra parte, la comunidad afroamericana tiene el mayor índice de desempleo, encarcelamiento y los niveles inferiores de educación. Los afroamericanos también tienen menos posibilidades para lograr mejores empleos y ventajas sociales. A pesar de las leyes antirracistas, todavía sigue fuerte el racismo en el país. Además, en los estados de EEUU, sobre todo los sureños, son muy diferentes los comportamientos de la policía hacia los blancos y negros. En este contexto, los jóvenes afroamericanos son, con más frecuencia, objeto de ataques de la policía más que los blancos. De hecho, es evidente que a juicio de los policías norteamericanos, un ciudadano negro tiene mayores posibilidades de cometer crímenes en comparación con los blancos. Esto ha causado masivas protestas antirracistas en las calles.
El aumento de las protestas contra la discriminación racial y la brutalidad policial en los últimos meses pone de relieve que la comunidad afroamericana y otras minorías de color se han despertado y han comenzado movimientos para restaurar sus derechos perdidos. Al parecer si estos movimientos dan lugar a protestas contra otras formas de discriminación (como la discriminación económica y religiosa y la represión de los musulmanes en el marco de la islamofobia) se puede esperar también en un futuro próximo, protestas contra el sistema capitalista y los lobbies sionistas en Estados Unidos.