El diario estadounidense The Washington Post reveló en un informe publicado en agosto de 2014 que durante más de tres años unos 12 mil terroristas extranjeros de 81 países habían viajado a Siria para luchar contra el Gobierno del país árabe. De esta cifra unos tres mil eran de origen europeo. Anteriormente la revista Economist realizó un estudio sobre las nacionalidades de los terroristas extranjeros en Siria basándose en las investigaciones en el terreno del centro internacional de estudios del fundamentalismo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
De acuerdo con este estudio, Francia lidera la lista de los países occidentales de donde proceden los terroristas extranjeros en Siria con 700 individuos. Después de Francia se encuentran Gran Bretaña con 400, Alemania con 270, así como Bélgica y Australia, ambos con 250 terroristas. El informe también hace referencia a los terroristas irlandeses, suecos, holandeses, noruegos y daneses que luchan junto con los grupos armados en Siria. En la parte inferior de esta tabla se sitúan Irlanda y Suecia, cada una con 30 terroristas en Siria.
Economist también indica que entre los países del Oriente Medio, Túnez lidera la tabla con 3000 ciudadanos entre los grupos terroristas en Siria, luego se ubican Arabia Saudí con 2500, Jordania con 2089, Marruecos con 1500, El Líbano con 890, Libia con 556, Turquía con 400, Egipto con 358, Irak con 247, Palestina con 114 y Kuwait con 71.
Este estudio no proporciona cifras concretas de los terroristas procedentes de los países de Asia Central, pero precisa que los exsoldados árabes de Afganistán que tuvieron la experiencia de luchar contra el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por las fuerzas soviéticas en la década de los 80, forman una mayor parte de los combatientes de los grupos terroristas EIIL (Daesh, en árabe) y Frente Al-Nusra, rama siria de Al-Qaeda. Por otra parte, los grupos armados han difundido videos protagonizados por los terroristas con idiomas malayos y tamiles, lo que muestra que estas bandas también cuentan con miembros procedentes del este de Asia, a pesar de que su número es mucho menor que el de los extremistas provenientes de Oriente Medio y de los países de Europa Occidental.
Según estos estudios, los tunecinos y saudíes forman la mayoría de los terroristas que operan en Siria. La presencia de los ciudadanos saudíes entre los grupos terroristas no se considera algo raro debido a los pensamientos salafistas y wahabíes fundamentalistas que propaga el régimen de Al Saud. Pero lo que es raro es la presencia del gran número de los tunecinos entre los grupos terroristas en Siria en comparación con los saudíes. Además, se puede ver este mismo problema en la presencia de más ciudadanos jordanos y marroquíes entre los grupos terroristas en comparación con los de otros países conservadores árabes. Todo esto hace que nos planteemos una pregunta: ¿Por qué los ciudadanos de países, como Túnez, Jordania y Marruecos, que eran gobernados por gobiernos seculares en el pasado, forman parte de los terroristas e islamistas extranjeros en Siria?
Por un lado, en respuesta a la presencia masiva en Siria de terroristas procedentes de países árabes seculares, entre ellos Túnez, Jordania y Marruecos, en comparación con otros estados árabes conservadores de Oriente Medio, se puede decir que el surgimiento de gobiernos seculares en dichos países durante la época moderna ha allanado el terreno para crear grupos extremistas, y en general, tendencias graves y fuertes de fundamentalismo islámico, que debido a la represión política contra los islamistas realizada por el Gobierno secular, la corriente tendió hacia el fundamentalismo religioso.
Por otro lado, no se puede imaginar la represión política como la razón del crecimiento del fundamentalismo islámico en el Occidente, especialmente en Europa occidental. La posible respuesta de lo mencionado puede ser el incremento de la islamofobia en el Occidente causado por las políticas de gobiernos occidentales que han aumentado considerablemente la tendencia hacia el fundamentalismo entre los musulmanes europeos.
La correlación entre la islamofobia y el incremento del fundamentalismo islámico se ha convertido en un ciclo defectuoso durante los últimos años de modo que el aumento de publicidades contra el Islam y la ampliación de la islamofobia en Europa han resultado en más tendencia hacia el fundamentalismo islámico en países occidentales. En otras palabras, el crecimiento del fundamentalismo islámico entre los musulmanes occidentales ha sido su reacción natural contra los actos ofensivos y sentimientos negativos de sus propios compatriotas.
El fundamentalismo islámico ya ha causado una guerra civil, desestabilización e inseguridad en Siria y en un futuro cercano, después de la terminación de la guerra en Siria, es posible que los terroristas occidentales, actualmente activos en Siria, empiecen a cometer actos de terrorismo en las comunidades europeas y occidentales.