Alwaght- Al menos 86 civiles murieron y más de 198 resultaron heridos desde el inicio de las operaciones militares de Turquía en la ciudad de Afrin, en el norte de Siria, controlada por los kurdos.
De acuerdo con las fuentes estatales sirias, entre los muertos hay decenas de niños, mujeres y ancianos. Los ataques también causaron un gran daño a las propiedades públicas y privadas.
Las fuerzas turcas también atacaron las casas de los lugareños y las propiedades públicas en las aldeas de Haji Eskandari, Hamam Bnahyiat Jandaris, Toubal, Obaidan, Qurna y Ali Jarou y en los alrededores de la montaña Ghir en Afrin, según la agencia siria oficial de noticias SANA.
Turquía inició el pasado 20 de enero la operación terrestre “Rama de Olivo” contra las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en kurdo), apoyadas por Estados Unidos, en la ciudad de Afrin, en la cual han participado 6400 militares turcos.
Esto ocurrió después de que Turquía se enfureciera por el plan anunciado por la coalición estadounidense y por el fuerte apoyo de Estados Unidos a las fuerzas de YPG en Siria, a las que Ankara considera terroristas.
En medio de estas tensiones, Turquía instó el sábado a Estados Unidos a retirar sus fuerzas militares de la base de Manbiy (en la provincia noroccidental de Alepo) y cesar su apoyo a las milicias kurdo-sirias en la zona.
Estados Unidos ha enviado armas en reiteradas ocasiones a las fuerzas kurdas bajo el alegato de combatir al grupo terrorista Daesh; mientras tanto, sus planes buscan frenar el avance de las fuerzas sirias hacia las posiciones de este grupo takfirí y sólo intenta alcanzar sus intereses.
Los funcionarios turcos han declarado que Washington apoya a los kurdos y sus ambiciones independentistas con el fin de tramar otro régimen de Israel en Siria, lo que se considera como una amenaza seria para la integridad territorial de Turquía.