Según la página web de la Asamblea Suprema Islámica de Irak (ASII), las explosiones ocurrieron en la región Ankur en el sur de Ramadi, capital de la provincia occidental de Al-Anbar, donde siguen los combates del ejército iraquí y sus aliados en contra de los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe).
La misma fuente asimismo informó sobre otra explosión que este viernes sacudió el centro de la capital iraquí, Bagdad.
Los testigos indican que este último atentado dejó varias víctimas, pero aún no se sabe el número exacto de las personas muertas o heridas en el incidente.
Los medios de comunicación estadounidenses informaron este viernes del inminente despliegue de un contingente de 450 militares de EEUU en Al-Anbar. Estas fuerzas se sumarán a las tropas estadounidenses en Irak que se dedican a entrenar y asesorar a los soldados locales.
Este envío demuestra que Washington reconoce su inmersión en una guerra que puede extenderse más allá del mandato del presidente Barack Obama.
Según la información suministrada por la Casa Blanca, la misión de las nuevas tropas será ayudar en el entrenamiento de las fuerzas iraquíes que combaten en contra de los insurgentes Daesh.
Esto mientras, de acuerdo con los datos del Pentágono, La guerra contra los takfiríes Daesh en Irak y Siria, desde que comenzaron los bombardeos el agosto del año pasado, ha costado al gobierno de EEUU más de 2 mil 700 millones de dólares.