Alwaght- El líder del movimiento chií Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, anunció de las importantes victorias de este movimiento en la batalla contra el “Frente al Nusra” en los suburbios de la ciudad nororiental libanesa de Arsal, en la zona fronteriza que separa El Líbano de Siria.
Durante su discurso televisado de este miércoles desde la capital libanesa, Beirut, Nasrolá asimismo aclamó los avances de los combatientes de Hezbolá contra los terroristas Daesh en la región montañosa siria de al-Qalamoun.
Según informes, en dicha región, los combatientes de Hezbolá acompañados con las fuerzas del ejército sirio, tomaron el control de las valles al-Ahmar y al-Qaddumi en la zona de Yeiyeer, de mano de los takfiríes.
El líder de Hezbolá en otra parte de su discurso, refiriéndose a otros avances y logros de este movimiento en distintas zonas montañosas de al-Qalamoun, aseguró que “Hezbolá fue valiente en su respuesta y causó numerosas bajas al enemigo.”
Acusó además a los takfiríes Daesh de haber comenzado la batalla en al- Qalamún con el ataque a posiciones de Hezbolá.
El líder libanes asimismo sostuvo: “Continuaremos la batalla hasta que desparezcan todos los terroristas de los alrededores de nuestros pueblos.”
Según informó la cadena de televisión libanesa Al-Manar, Hezbolá habría arrebatado al Frente al Nusra un 90% del territorio que controlaban en las montañas de al-Qalamoun, donde se consideraba una de las principales rutas de los insurgentes para el suministro de armas y tropas.
Al-Manar asimismo informó de los enfrentamientos de este martes entre Hezbolá y los terroristas Daesh en las afueras de las ciudades fronterizas de Ras-Baalbeck y Al-Qaa en el noreste de El Líbano. En los choques, unos 50 integrantes de este grupo takfirí fueron abatidos y unos 80 resultaron heridos. Se destruyeron asimismo unos 5 vehículos blindados, un excavador y unas motocicletas de los terroristas.
Siria desde el pasado marzo de 2011 sufre una crisis diaria a causa de la brutalidad del Daesh. Según estadísticas internacionales, durante este tiempo más de 222 mil personas han perdido la vida y otras 3.8 millones se han visto obligadas a abandonar sus hogares y buscar refugios en los países vecinos, en particular en El Líbano y Jordania.