Un grupo de peritos reunido en Santiago ha derminado que, a pesar de tener un tumor en la próstata, no fue la causa de su muerte
¿De qué murió Pablo Neruda hace cuarenta y cuatro años? Pese a que el poeta chileno estaba aquejado de un cáncer de próstata con avanzadas metástasis y caquexia, esa no fue la causa de su deceso, ocurrido doce días después del golpe de Estado de 1973, que llevó al poder al fallecido general Augusto Pinochet.
Esa es la conclusión unánime a la que han llegado dieciséis expertos de Europa y América convocados por el juez chileno Mario Carroza, quien investiga la muerte del premio Nobel de Literatura. Para ello ha sido necesario exhumar sus restos en tres ocasiones y convocar dos paneles de especialistas internacionales. Anteayer, en Santiago de Chile, el doctor de la Universidad de Murcia, Aurelio Luna, portavoz de los expertos, fue tajante: «El estudio de todos los antecedentes nos permite de forma rotunda establecer al cien por cien la ausencia de caquexia». Será necesario, sin embargo, esperar por lo menos un año para conocer las causas del fallecimiento del poeta y la eventualidad de que haya participación de terceros, precisó Luna, ya que las muestras obtenidas en la exhumación del cuerpo en 2013 todavía están analizándose en laboratorios de Dinamarca y Canadá, que estudian una toxina y bacterias halladas en los restos.
Por ahora hay una conclusión irrebatible: el certificado de defunción de Neruda es falso. Luna, al entregar los resultados al juez investigador, declaró «la no validez del certificado de defunción en cuanto a la caquexia como causa de muerte. Esto se excluye a través de todos los estudios realizados». Se refiere al informe entregado el 23 de septiembre de 1973 por la Clínica Santa María, donde estaba internado el poeta.
En los restos del autor de «Veinte poemas de amor y una canción desesperada» fue hallada la toxina mortal estafilococo dorada, que sigue siendo estudiada para determinar si es una bacteria cultivada en laboratorio y cómo habría sido adquirida por Neruda. Ante la eventualidad de que haya sido cultivada e inoculada en el centro médico «es evidente que estaríamos ante la intervención de un tercero y que se había administrado con una finalidad criminal», dijo el experto español, rodeado de los once integrantes del panel, además de otros cuatro que participaron a través de una videoconferencia, entre los hay médicos forenses, oncólogos, abogados, químicos, etcétera.
El juez Mario Carroza investiga el caso desde hace siete años, cuando el exchófer de Neruda, Manuel Araya, declaró que el poeta había sido envenenado. En su testimonio, Araya dijo que en los días posteriores al golpe de Estado que derrocó al socialista Salvador Allende, Neruda sufrió un fuerte impacto anímico y dolores en las piernas y caderas, pero no estaba en estado agonizante, como se dijo en la época. De hecho, Araya trasladó al poeta a Santiago desde su residencia costera de Isla Negra para viajar a México, donde pensaba exiliarse.
Sin embargo, la agudización de los dolores motivó la decisión de ir a la clínica de Santiago, donde fue sedado y obligado a permanecer internado. Neruda «no estaba en los estados finales del proceso canceroso. La caquexia es una debilitación progresiva del organismo y del análisis de los datos no podemos aceptar que el poeta se encontrara en un proceso de muerte inminente en el momento de ingresar en el hospital», añadió Luna.
El juez Carroza mantendrá la investigación abierta después de que el panel de expertos descubriera, del análisis de dientes, encías y restos óseos, nuevas bacterias. La persistencia de las indagaciones «tiene relación con una nueva toxina, que a su vez requiere de otros estudios que nos permitirán tener una conclusión definitiva», dijo el magistrado, tras conocer los resultados de la tercera exhumación de Neruda, quien tuvo cuatro funerales.
abc