Un grupo de investigadores ha descubierto un sorprendente vínculo entre el bajo consumo de calorías y la autorregulación genética de la esperanza de vida.
Los científicos de la Universidad de Temple, en Filadelfia (EE.UU.), llegaron a la conclusión de que el ayuno o una dieta estricta son capaces de ralentizar los procesos epigenéticos —factores no genéticos pero que interactúan con la genética— y, de este modo, aumentar la esperanza de vida de una persona.
Según los investigadores norteamericanos, la velocidad de los cambios epigenéticos está directamente relacionada con la longevidad.
Durante el experimento, el grupo de científicos, liderado por Jean-Pierre Issa, examinó muestras de sangre obtenidas de ratones, humanos y monos, según informó un artículo publicado el jueves en la revista especializada EurekAlert.
“Nuestro estudio demuestra que la llamada ‘desviación epigenética’, caracterizada por ganancias y pérdidas en la metilación —un proceso químico en el que se introducen radicales de metilo en un compuesto orgánico— del ADN con el paso del tiempo, ocurre con mayor rapidez en los ratones que en los monos, y con mayor rapidez en los monos que en los humanos”, indicó Issa. Esto ayuda a explicar por qué los ratones solo viven alrededor de 3 años, mientras que los humanos pueden llegar a los 100.
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