Según la Constitución turca, para generar cambios drásticos en el sistema político se requiere de la aprobación de dos tercios de los votos del Parlamento. De manera que si Erdogan busca cambiar el sistema parlamentario-presidencial a un sistema totalmente presidencial, necesita el voto de dos tercios del total de 550 escaños del Parlamento turco. Es obvio que alcanzar tal objetivo no será fácil. De hecho, Erdogan y su Partido de Desarrollo y Justicia (AKP, por sus siglas en turco) no cuentan con el apoyo necesario en el actual Parlamento, y parece difícil que lo tengan en las próximas elecciones.
Elecciones parlamentarias clave
En menos de dos semanas tendrán lugar las elecciones parlamentarias turcas y los partidos y grupos políticos de ese país compiten para conseguir más escaños en el órgano legislativo. El punto destacado y crucial de esta ronda electoral es la insistencia de Erdogan para cambiar la Constitución en un sentido presidencial. Las encuestas muestran que el AKP se enfrenta con problemas serios para el logro de dos tercios de los votos, o incluso menos de dos tercios, para formar un gobierno de coalición.
Empero, cuando se busca cambiar la Constitución, es normal encontrar obstáculos. Erdogan ha intentado desde siempre presentarse con una nueva imagen ante las corrientes kurdas y, por tal razón, dio inicio a los diálogos de paz con los kurdos y este esfuerzo obtuvo progresos considerables. Pero, el resultado de las encuestas muestran que la tendencia de Erdogan hacia los kurdos ha dañado su imagen entre las corrientes nacionalistas y derechistas del país; de manera que muchos analistas hablan de la caída de votos del AKP en las venideras elecciones.
Teniendo en cuenta esta situación, el presidente turco ha elegido otro camino para el logro de su objetivo, el cual consiste en regresar hacia las corrientes nacionalistas y derechistas del país. Durante las últimas semanas, Erdogan ha descartado los diálogos de paz con los kurdos y ha rechazado la existencia de una “cuestión kurda” en Turquía. Eso tiene lugar mientras que Erdogan ha sido uno de los fundadores de los diálogos kurdos-Gobierno. Esta iniciativa, ha dañado otra vez la imagen del AKP en los territorios kurdos. Pero por otro lado, algunos analistas políticos creen que la nueva decisión de Erdogan podría recuperar su imagen entre las corrientes conservadoras. Mientras, Erdogan considera que el logro de su objetivo será más fácil si se alinea con los nacionalistas que con los kurdos.
De todas formas, Erdogan se encuentra en una situación difícil y su decisión podría ser determinante en su futuro político y el de su partido. Por lo tanto, no hay que sorprenderse de las afirmaciones contradictorias de Erdogan durante las últimas semanas. En realidad, los resultados de las encuestas y los últimos análisis le ayudan a definir la trayectoria del AKP.
Sin embargo no hay que olvidar el izquierdista Partido Republicano del Pueblo (CHP, por sus siglas en turco) a la hora de analizar las ecuaciones políticas en Turquía. A pesar de que en más de una década no ha sido muy popular entre los turcos, e incluso ha sufrido cambios en su trayectoria política, no se puede ignorar su papel como partido opositor en el sistema político y los avatares políticos del país. No obstante, a la hora de presentar un análisis final, cabe destacar el rol del AKP y Erdogan, en especial, cuando la economía desempeña un papel fundamental en los análisis políticos de las elecciones turcas. En economía, el AKP ocupa el primer lugar en la lista y, en este sector, ninguno de los rivales puede competir con ese partido.